Fuente: La Ser
Fecha: 08/02/2017
La encuesta llevada a cabo por Chatham House, como se conoce al Centro de estudios Internacionales de Londres, entrevistando a más de 10.000 personas de 10 países europeos, muestra que la mayoría de la opinión pública del viejo continente, se opone a que haya más migrantes de países musulmanes. La encuesta se realizó antes de que el presidente de Estados Unidos firmara su polémica ley ejecutiva que prohibía la entrada en aquel país de ciudadanos procedentes de 7 países predominantemente musulmanes. El 55% de los europeos no quieren más migración procedente de estados musulmanes. El 25% no contestaron porque no tenían una opinión definida y un 20% esta en desacuerdo, es decir, no quieren poner un control a esa migración.
Por estados, Polonia es el país donde un 71% de los encuestados no quiere más migrantes musulmanes. Les sigue Austria con un 65%, Alemania con un 53%, Italia con un 51% y el Reino Unido con un 47%. España es de los menos sectarios, con un 41% de españoles contrarios a seguir admitiendo migrantes musulmanes. En ningún país europeo de los encuestados el porcentaje ha bajado del 32%.
La oposición ciudadana a admitir migrantes musulmanes es especialmente llamativa en Austria, Polonia, Hungría o Francia, a pesar de que son estados que tienen una importante población musulmana residente. El estudio también revela que a través de Europa, la oposición a la migración musulmana, es particularmente intensa entre las personas mayores, mientras que los menores de 30 tienen una postura mucho más flexible. También se divide por nivel educativo. Aquellos con educación secundaria hay un 59% de oposición, por el contrario, menos de la mitad de los que tienen estudios superiores apoya recortes en ese tipo de migración.
Los apoyos a la medida también se fracturan dependiendo de donde viven. Los que habitan en áreas rurales, apoyan acabar con esa migración un 58% mientras que en áreas metropolitanas, apenas llegan a la mitad los que apoyan una ley prohibitiva al respecto. Un 65% de los europeos insatisfechos con su vida o su trabajo, apoyan mayoritariamente ponerle un veto a la llegada de más migrantes musulmanes.