La educación contra discurso del odio: 4 motivos por los que una persona se radicaliza

Sintetia.- El extremismo nos puede encontrar allí donde estemos, sin mirarnos a la cara, y de la manera más absurda

Son muchos los factores que intervienen en la radicalización de una persona. Cuando hablamos de radicalización nos referimos a cualquier sector o ámbito. Podemos pensar en un fanatismo religioso, deportivo, político o de cualquier tipo, a menudo en paralelo con un cariz violento.

Allí donde se pierde la racionalidad y la capacidad para enjuiciar las cosas desde un punto de vista lógico podemos hablar de radicalización. Es uno de los mayores retos que deben afrontar las democracias modernas.

¿Cuáles son algunos motivos principales para la radicalización de una persona?

1.- Uno de lo principales motivos por los que alguien puede llegar a radicalizarse, —a veces en un corto espacio de tiempo— es el tipo de amistades con las que convive, especialmente durante la adolescencia.

2.- Otro motivo es la inseguridad desde el punto de vista emocional.

Normalmente la base psicológica (con matices) relaciona las personalidades más débiles con el radicalismo.

3.- Una persona también se puede radicalizar por la falta de sentimiento de comunidad.

4.- Otro de los factores más importantes a la hora de que una persona se llegue radicalizar está en las redes sociales. El anonimato es el lugar común de verdaderos delincuentes, fanáticos y radicales.

En el año 2013 el Consejo de Europa comenzó una campaña llamada “No Hate Speech” en contra de la radicalización y acciones violentas en las redes. Desde España se lanzó la campaña en primer lugar, seguida por casi todos los países europeos. No debemos olvidar que a través de las redes sociales se cometen delitos diariamente, y que la aparente impunidad que da el anonimato no es tal. Nos referimos a la ciberdelincuencia y radicalización a través de las redes sociales.

No es casual que el 22 de julio sea el Día Europeo de las Víctimas de Delitos de Odio. Ese día de 2011 un fanático fundamentalista contrario al multiculturalismo acabó con la vida en Oslo y Utoya de 77 personas, la mayoría jóvenes que pasaban unos días en la isla a 20 kilómetros de la capital noruega en un campamento juvenil del Partido Laborista.

La educación en valores, ¿para cuándo?

Cuando hablamos de prevención de la radicalización o actitudes violentas debemos partir de la base que rige todo Estado democrático: la educación.

Para evitar el discurso de odio —que supone la forma más directa de atacar al contrario— deben adoptarse medidas por parte de las Administraciones, y no solo punitivas, sino estructurales.

La forma más extendida de discurso de odio es a través de las redes sociales hoy en día.  Al mismo tiempo las redes sociales son el foco ideal para la captación de nuevos fanáticos o extremistas.

A nivel gubernamental, por el Ministerio de Interior se aprobó el PEN-LCRV, Plan Estratégico Nacional de Lucha contra la radicalización violenta  y la Unión Europea puso en marcha la Red Europea de Prevención de la Radicalización.

La lucha contra la radicalización es uno de los desafíos de las actuales sociedades. Los Gobiernos deben hacer una labor concienzuda desde la Educación. Los radicales no nacen, se hacen.

Al hilo de los distintos seminarios e intercambio de expertos, en junio asistí a uno en Túnez: “New Perspectives against Radicalization” ( 24 a 28 junio) , y cuando nos encontrábamos escuchando una de las ponencias en un Centro de Juventud, se produjeron dos atentados terroristas a dos calles de la sala donde nos hallábamos.

El extremismo nos puede encontrar allí donde estemos, sin mirarnos a la cara, y de la manera más absurda: en un seminario para prevenirlo.

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