La niña de 13 años violada en grupo en un piso de Palma pidió ayuda con mensajes desde su móvil

ABC.- La Policía abre una nueva línea de investigación vinculada a la posible existencia de una red de prostitución de menores en la capital balear

La niña de 13 años violada en grupo en un piso de la barriada palmesana de Es Camp Redó la pasada Nochebuena pidió ayuda poco después a través de mensajes escritos en su teléfono móvil. Dichos mensajes, enviados por Instagram, iban dirigidos a la psicóloga de su centro de acogida. Según ha avanzado este domingo el diario «Última Hora», en varios de esos mensajes la menor decía «Ayuda, por favor», mientras que en otro señalaba «Me han intentado prostituir».

Cabe recordar que, en relación a este caso, a lo largo de esta semana la Policía ha detenido a siete menores y a un mayor de edad, todos ellos de nacionalidad española, como sospechosos de haber participado de forma directa o indirecta en la agresión sexual múltiple sufrida por la citada niña, también española. Los ocho sospechosos arrestados fueron puestos posteriormente en libertad sin medidas cautelares, si bien los siete menores detenidos en un primer momento —seis chicos y una chica— pasarán a disposición de la Fiscalía de Menores.

La edad de los seis chicos menores arrestados inicialmente oscila entre los 14 y los 17 años, mientras que la edad de la chica menor también arrestada es de 16 años. En cuanto al joven igualmente detenido en un primer momento, que finalmente no habría tenido nada que ver con la agresión sexual, tiene 19 años de edad. Las primeras hipótesis del caso apuntan a que, al parecer, varios de los menores sospechosos se habrían turnado para violar a la víctima, si bien dichos menores habrían alegado ante la Policía que no hubo ninguna violación y que se habría tratado de relaciones sexuales consentidas.

Desarrollo de los hechos

Como se ha indicado ya, los hechos tuvieron lugar entre la noche del pasado 24 de diciembre y la madrugada del 25 de diciembre. El día de Nochebuena, la niña de 13 años se escapó del centro tutelado en el que se hallaba, algo que ya había hecho en ocasiones anteriores. Se dirigió entonces a un piso de la barriada palmesana de Son Gotleu, en donde suele pernoctar cada vez que se fuga. Al parecer, esa misma tarde la niña habría vendido una cadena de oro que tenía para poder así comprar sustancias estupefacientes, si bien ese es uno de los puntos que todavía se siguen investigando.

Otro punto que también se investiga aún es si, como habría explicado la niña, ella y una amiga habrían sido acosadas ese día por dos varones de raza negra cuando se encontraban aún en Son Gotleu. La intervención de la dueña de un bar de la zona habría evitado que ambas niñas pudieran haber acabado siendo víctimas de posibles abusos en ese momento. Las dos menores entraron entonces en dicho local, en donde les habrían ofrecido alcohol y drogas. Precisamente, una de las nuevas líneas de investigación abiertas por la Policía tiene que ver con la posibilidad de que la dueña de ese establecimiento pudiera estar, en realidad, implicada en una red de prostitución de menores.

Cuando se encontraba aún en el mencionado bar, la niña de 13 años contactó con otra amiga suya, de 16 años, que le habría convencido para que se fuera con ella a una fiesta en casa de unos conocidos que viven en Es Camp Redó. Dichos conocidos, de etnia gitana, son considerados desde hace tiempo menores conflictivos por parte de la Policía. Por lo que respecta a la barriada de Es Camp Redó —conocida coloquialmente como «Corea»— y a la de Son Gotleu, son dos de las zonas más deprimidas socialmente de la capital balear, con problemas de desempleo crónico y de floreciente narcotráfico.

Agresión sexual múltiple

Una vez ya en el citado piso de Es Camp Redó, la víctima se dio cuenta de que los seis menores que había en ese instante en la casa pretendían abusar de ella y le comentó a su amiga que se quería marchar, pero ésta le dijo que sólo podría irse en caso de que hiciese todo lo que le dijera. Entonces, la amiga llevó a la niña a una habitación, en donde empezaron las violaciones, si bien aún no se ha podido determinar el posible grado de participación de los sospechosos en la misma. Ya en la madrugada del 25 de diciembre, uno de los menores llevó a la niña en un cuadriciclo hasta un descampado ubicado en el extrarradio de Palma, en donde habría forzado de nuevo a la víctima. Tras regresar de nuevo al piso de Es Camp Redó, la niña pudo escapar en un momento de descuido de los sospechosos y regresar a Son Gotleu.

Ya en Son Gotleu, la niña se puso en contacto con la psicóloga de su centro de acogida y le envió a través de su móvil los mensajes ya mencionados pidiendo ayuda. A continuación, los técnicos del centro tutelado acudieron rápidamente en auxilio de la víctima. Seguidamente, fue atendida en un centro hospitalario de las lesiones sufridas a consecuencia de las violaciones. Se activó entonces el protocolo previsto en casos de posible agresión sexual, por lo que el caso pasó de inmediato a la Policía Nacional. Las diligencias previas fueron derivadas de inmediato a la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM), que inició la investigación.

Uno de los seis menores presuntamente implicados en la agresión sexual intentó deshacerse, sin éxito, de su propio teléfono móvil mientras se encontraba declarando ante la Policía. Al parecer, en dicho móvil hay una grabación de lo ocurrido el 24 de diciembre en el piso de Es Camp Redó. El citado vídeo podría servir como prueba de que el sexo no fue en ningún caso consentido, a pesar de las afirmaciones autoexculpatorias hechas por los menores arrestados. Por lo que respecta a la víctima, ha solicitado ser trasladada a un centro tutelado de la Península, por miedo a poder sufrir represalias tras la denuncia presentada. La investigación continúa por el momento aún abierta.

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