Las mujeres chinas se plantan en defensa de sus apellidos: o se los ponen a sus hijos o se divorcian
El Español.- Pese a que la ley china permite elegir cuál de los apellidos lleva el niño, la mayoría tiene el del padre.
“¿Por qué mi hijo no debe llevar mi apellido?” Esta es la pregunta que cada vez más mujeres chinas se hacen en las redes sociales. La polémica estalló en abril cuando una mujer escribió un post en la red social Weibo contando que se había divorciado de su marido después de que él se negara a que su hijo llevara el apellido de ella.
“Aunque sea un buen marido, todavía tienen todos los privilegios dentro del matrimonio, incluido darle a nuestro hijo su apellido. Quiero libertad”, escribió la mujer, que decidió conservar su anonimato. En la misma publicación, contaba como sus suegros y sus propios padres se habían opuesto a su decisión que desafiaba la costumbre patriarcal.
Poco después de la publicación se creó en Weibo el primer foro dedicado al tema de los niños que llevaban los nombres de sus madres, y el hashtag «pasar los apellidos de las mujeres a los niños» tuvo más de 27 millones de impactos.
El hecho de que un niño lleve el nombre del padre o de la madre tiene graves consecuencias para las mujeres chinas, particularmente para las que viven en áreas rurales, donde los hombres pueden heredar la riqueza de la familia porque continuan con el apellido. Una encuesta de 2019 realizada por la Federación de Mujeres de China, una organización sin fines de lucro vinculada al gobierno, descubrió que más del 80% de las mujeres chinas en las aldeas no tienen sus nombres en los documentos de registro de sus familias. Como tal, los niños reciben más atención y recursos en sus familias que las hijas.
La práctica machista de extender una línea familiar solo a través de los hombres ha tenido un impacto social grave en el pasado, ya que la preferencia por los niños dio lugar a una de las proporciones de género más desiguales del mundo, exacerbada por la política del hijo único. El problema es de tal orden que, en 2014, un condado en la provincia central de Anhui dio 1.000 yuanes en efectivo (cerca de 130 euros) a cada familia que puso el apellido de las madres a los recién nacidos, en un intento por fomentar la igualdad de derechos y con ella, mejorar la proporción de sexos, muy desiquilibrada en la región.