Secuestros masivos de niñas en Nigeria
La Vanguardia.- El grupo terrorista Boko Haram utiliza estos secuestros para sembrar el miedo entre la población nigeriana
Hace apenas una semana se conocía la noticia de la liberación de 279 niñas secuestradas en una escuela de Nigeria. El 26 de febrero, un grupo de hombres armados irrumpieron en el colegio de madrugada y se llevaron a las alumnas, que estuvieron secuestradas durante cinco días antes de ser liberadas por las autoridades nigerianas.
El gobernador de la región, Bello Muhammad Matawalle, publicó la noticia a través de su cuenta de Twitter: «Me alegra anunciar la liberación de las estudiantes secuestradas de la Escuela de Secundaria de Ciencias del Gobierno de la ciudad de Jangebe, superando así varios obstáculos que se oponen a nuestros esfuerzos».
En los últimos meses, este tipo de ataques a escuelas se han intensificado. De hecho, este último ha sido el tercer secuestro masivo en el plazo de dos meses en el norte y centro-oeste de Nigeria. El 11 de diciembre de 2020, 344 alumnos (niños) fueron secuestrados de una escuela en Kankara, en el estado de Katsina; y el 17 de febrero, una cuarentena de personas -entre alumnado, personal docente y familiares- fueron secuestradas del Instituto de Ciencias de Kagara.
Todos estos secuestros terminaron con la liberación de las víctimas después de las negociaciones entre el gobierno y los autores de los secuestros, en su mayoría grupos criminales que buscan obtener dinero a cambio de devolver a las niñas raptadas.
Según organizaciones como Amnistía Internacional, el objetivo de estos secuestros es sembrar el miedo entre la población, obtener recursos económicos, reclutar a los niños como soldados y convertir a las niñas en sus “esposas”.
Se trata de una situación de extrema violencia y vulneración de derechos humanos que ha provocado que muchos de estos niños y niñas se vean obligados a huir de su país. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), más de 1,7 millones de personas siguen sin poder volver a sus casas en Nigeria a consecuencia de estos ataques violentos, la mayoría a manos del grupo terrorista Boko Haram.