Un alumno del colegio José María del Campo de Sevilla, situado en el centro de Triana, ha sido hospitalizado en Urgencias del hospital Infantil de la capital andaluza tras sufrir traumatismos en cabeza, abdomen y boca producidos por una paliza que, supuestamente, le propinaron tres compañeros de 8, 9 y 10 años en el patio del colegio durante la hora de comedor. Los padres han denunciado los hechos ante la policía y el hospital ha activado el protocolo para solicitar la intervención de la Fiscalía de Menores. En el parte policial consta que los progenitores habían alertado previamente al centro de la sucesión de amenazas y agresiones. El colegio accedió este viernes a tramitar una posible expulsión a instancias de la madre del menor.
Según la familia denunciante, los hechos han ocurrido este pasado jueves sobre las tres y media de la tarde, pero no le comunicaron la agresión hasta que recogieron al niño del comedor, media hora después. La madre vio al pequeño J. T. con una herida en la boca y que su camiseta había sido lavada, según la denunciante, para eliminar las manchas de sangre. Pero ningún responsable del centro dio explicaciones y el pequeño justificó que la herida era porque le habían tirado un envase.
Sin embargo, la presencia de hematomas por todo el cuerpo y el dolor que sufría el niño, llevó a la madre a la policía y a Urgencias, donde el pequeño detalló a la médico el suceso. Tres compañeros le sorprendieron en el patio y le propinaron patadas y puñetazos sin que fueran advertidos por los responsables de vigilar a los menores.
El niño fue derivado al hospital «ante la persistencia del dolor abdominal por traumatismo» con pronóstico «grave» y los facultativos activaron el protocolo de denuncia para solicitar la intervención de la fiscalía de menores.
Los tres supuestos agresores han sido identificados y se trata de vecinos de la víctima, que han acosado al menor desde hace dos años dentro y fuera del centro escolar hasta obligarle a recibir tratamiento psicológico, según los denunciantes.
La madre de uno de los menores que supuestamente agredieron a J. T., según relató la progenitora de la víctima, lejos de lamentar el suceso criticó al pequeño por no haberse defendido. Por el contrario, otros padres del centro han mostrado su apoyo al menor y se han prestado a testificar sobre las agresiones.
El suceso responde a un caso de acoso típico. Según relató la madre del menor, desde que empezaron las agresiones y amenazas, el pequeño cambió de carácter, bajó de forma permanente las persianas de su cuarto para evitar que le insultaran a través de la ventana (vive en un bajo de Triana) y empezó a inventar quejas y dolencias para eludir el colegio.
Estas circunstancias fueron comunicadas al centro, según la denunciante, en una veintena de ocasiones y en presencia de testigos. Hace pocos días, el pequeño llegó con un traumatismo en la cabeza que atribuyó a que había estado jugando al fútbol, deporte que el menor no practica ni le gusta.
El menor se encuentra en observación médica por las secuelas que le puedan surgir tras la paliza recibida, especialmente en la zona abdominal.
La familia de J. T. se niega a llevar al menor al colegio mientras siga compartiendo instalaciones con los supuestos agresores, a los que el colegio ha abierto expediente tras la insistencia de la madre de la víctima.