Una chica de 14 años denuncia la paliza de 7 menores, que grabaron la agresión: «Voy a darle una patada, que me apetece»

ABC.- Ha contado a la policía que recibió golpes y patadas en todo el cuerpo, bofetadas, insultos, escupitajos, tirones de pelo y que le lanzaron cigarrillos encendidos

La víctima no ha vuelto al instituto, donde estudian dos de sus presuntas agresoras, por las secuelas físicas y por vergüenza, ya que difundieron el vídeo del ataque

Una adolescente de 14 años ha denunciado ante la Policía Nacional a siete menores de edad -seis chicas y un chaval-, a los que acusa de haberla pegado y haber grabado la paliza a primeros de mes en la ciudad de Toledo. Ha aportado además un fragmento del vídeo que sus presuntas agresoras, de entre 15 y 16 años, difundieron luego. En él se ve cómo una adolescente la tira del pelo mientras dice en voz alta: «Voy a darle una patada, que me apetece».

Como consecuencia de la agresión, en la que participó también un adolescente, la joven sufre dolores en el cuello y politraumatismos en una mano, en las costillas, en la boca y en la cabeza, que «la tiene llena de chichones», describe su entorno a ABC.

La chica no ha vuelto al instituto donde estudia; primero, por temor a encontrarse con dos de sus agresoras -una de ellas es compañera de clase- y, segundo, por vergüenza, ya que el vídeo se ha difundido profusamente. «Está en boca de todo el mundo», aseguran. El instituto donde su hija estudia y la Consejería de Educación también conocen el caso, mientras que la Policía Nacional dio cuenta a la Fiscalía de Menores el pasado viernes.

«Verás la que te espera»

Los hechos fueron denunciados por la menor y por su madre el 4 de diciembre, aunque sucedieron el día anterior por la tarde. Según la víctima, un intercambio de mensajes por WhatsApp entre dos grupos sería el origen de la agresión. A ella la señalaban como autora, una acusación que siempre ha negado. Pero el día 2 recibió un mensaje en el que le advertían: «¿Que no has hecho nada? Un besito guapa. Gracias corazón, verás la que te espera».

La joven describe que, al día siguiente, recibió golpes, patadas y tirones de pelo durante la paliza, que se prolongó alrededor de quince minutos, según su entorno. Ocurrió por la tarde encima de una acera de la calle Laguna de Arcas, en el barrio de Santa María de Benquerencia. La víctima, que iba acompañada de tres amigas, había quedado con otra chica para «mantener una conversación amistosa sobre problemas que habían surgido entre ellas en el pasado y tratar de solucionarlos», se recoge en la denuncia.

Sin embargo, al encuentro también acudieron inesperadamente un chico y otras seis adolescentes, a la postre las agresoras según la denunciante, cuyas amigas no pudieron ayudarla porque «se sentían amenazadas».

Cigarrillos encendidos y escupitajos

Contó a la policía que logró evitar un puñetazo antes de un forcejeo con una de las atacantes mientras oía decir a otras: «Todavía no, todavía no». Luego la sentaron en el suelo y le lanzaron cigarrillos encendidos con intención de quemarla, algo que no consiguieron, mientras la escupían en todo el cuerpo. Intentó huir, pero se lo impidieron. Con empujones la tiraron sobre la acera y una agresora le propinó diversos bofetones en la cara mientras le decía: «Ésta por [dijo el nombre de una atacante], ésta por [pronunció el de otra]».

Relató también una sucesión de golpes en la cara, cuello y hombros, patadas en cabeza y el resto del cuerpo, «rotándose entre ellas para coger de una en una de la cabeza a [la denunciante] y golpeársela contra el suelo». Otra agresora le pisó también la cabeza varias veces y le quitaron su teléfono móvil, aunque luego lo recuperó.

Un grito desconocido consiguió que cesase la agresión, lo que aprovechó la víctima para huir a la carrera. Sus atacantes salieron detrás de ella, pero no lograron alcanzarla. Sin embargo, la víctima oyó cómo gritaban: «O vienes aquí o vamos a darte más; ven aquí, que te tenemos que seguir dando. Todavía te espera lo más fuerte, todavía te espera lo mejor». Minutos más tarde, telefoneó a su madre, que la recogió en un lugar cercano. Al día siguiente, las dos denunciaron ante la policía.

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