Treinta policías abortan una pelea con bates entre menores vinculados a bandas latinas

El Norte de Castilla.- Los testigos aseguran que los implicados «quedaron para pegarse» en la calle Porvenir de Vadillos en una disputa por «controlar el barrio»

«Es evidente que habían quedado para pegarse y menos mal que aparecieron un montón de policías (en torno a una treintena) para evitar males mayores», relatan los testigos de la multitudinaria pelea ocurrida a media tarde del lunes en la desangelada plazoleta peatonal de la calle Porvenir de Valladolid capital, una estrecha vía de Vadillos que discurre en perpendicular a la vía, donde, al menos, una docena de jóvenes, todos ellos «menores», en apariencia, y de una evidente estética vinculada a bandas latinas de origen dominicano, se enzarzaron en una trifulca que vecinos y comerciantes del entorno no dudan en situar en motivos territoriales para «disputarse el control de esta zona del barrio».

Los hechos ocurrieron a partir de las seis de la tarde, cuando un primer testigo alertó a los servicios de emergencia de la presencia de un numeroso grupo de jóvenes, algunos de los cuales portaban bates de béisbol -algunos testigos apuntan a que pudo haber, incluso, machetes de por medio-, habían iniciado una fuerte discusión en la citada plazoleta de la calle Porvenir, punto de encuentro habitual de «estos grupos», que ya «habían protagonizado otras peleas similares, también con armas blancas, hace apenas unos meses», coinciden en señalar los vecinos del entornos, que no dudan en mostrar su «hartazgo» por la situación de esta plazoleta, un pequeño picón adoquinado con cuatro farolas en el que aseguran que habitualmente se juntan este tipo de grupos para «fumarse sus porros y trapichear».

El caso es que el lunes acudieron al lugar las primeras patrullas para cortar de raíz el conato de pelea entre dos grupos claramente distinguibles de «chavalillos de origen dominicano», que los vecinos no dudan en vincular a la estética, como mínimo, de conocidas bandas latinas. «En un primer momento hubo un montón de chavales, que podrían tener entre quince y dieciocho años, pero en cuanto llegaron las primeras patrullas comenzaron a huir corriendo», explican los testigos antes de añadir que en pocos minutos se sumaron más de media docena de policías locales y nacionales, antidisturbios incluidos, en esta estrecha vía que discurre entre las calles Higinio Mangas e Industrias.

«Hubo un momento en el que metieron a dos o tres chicos en las patrullas, no sé si detenidos o no, y pusieron a otros ocho o diez contra la pared para cachearles», añaden los testigos de una intervención policial en la que sitúan a «una treintena de agentes». Durante los cacheos, y a la vista, los policías nacionales, que se hicieron cargo de la intervención mientras varias patrullas locales cortaban la calle al tráfico, intervinieron «varios bates de béisbol». Algunos testigos apuntan a que pudo haber, incluso, machetes.

«Los chicos comenzaron a gritar que eran menores mientras les identificaban y, por fortuna, no pasó más, aunque sí parece que algunos llegaron a enfrentarse a los policías», añaden los testigos. La trifulca, según han confirmado hoy fuentes policiales, se saldó sin heridos de consideración.

Vecinos y comerciantes del entorno lamentan que hace tres meses «ya pusieron a vivir a un chico en ese mismo sitio» y piden más seguridad en esa plazoleta y en otras cercanas del barrio de Vadillos. «Aquí ya decimos que se juntan los ‘narcopatinetes’ cada vez que les vemos tomar la plaza, en la que prácticamente nadie se atreve a estar allí», explican antes de mostrar su convencimiento de que tanto en la pelea del lunes como en las anteriores «quedan directamente para pegarse para disputarse quién manda en el barrio».

Esta plazoleta, razonablemente escondida entre las callejuelas de Vadillos, ha sido objeto recientemente de una intervención municipal para pintar dos enormes murales decorativos en sus medianeras. «El problema es que cuando se juntan, hay veces que se lían a golpes con las farolas para que no haya luz y poder hacer lo que quieran», critican los vecinos.

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