‘¿Dónde está Anne Frank?’, una película de animación que reivindica el legado de la joven escritora
RTVE.- En 2017 el director israelí Ari Folman (Vals con Bashir, El Congreso) y el ilustrador ucraniano David Polonsky firmaron una estupenda adaptación de El diario de Ana Frank al cómic, que estaba dirigida a un público joven. Después el cineasta fue un paso más allá y trasladó el espíritu de la obra de Ana Frank a la actualidad en ¿Dónde está Anne Frank?, otra novela gráfica que también se ha convertido en una bellísima cinta ovacionada en el Festival de Cannes y candidata a Mejor Película de Animación en los Premios del Cine Europeo.
Coincidiendo con el 75 aniversario de la publicación de El diario de Ana Frank, en 1947, la película se estrena en cines este 29 de abril.
Una estupenda historia que nos recuerda que, como pasó con los judíos en la II Guerra Mundial, estamos volviendo a cometer el error de mirar hacia otro lado, en este caso con el problema de los refugiados. Lo curioso es que cuando Ari Folman ideó la novela gráfica y la película, esos refugiados eran de Siria y ahora son ucranianos que huyen de la invasión rusa. Y, afortunadamente, esta vez parece que sí estamos ayudándolos mucho más.
Pero el mensaje es el mismo: está muy bien que homenajemos a Ana Frank y no olvidemos el Holocausto judío (que increíblemente muchos se empeñan en negar), pero también deberíamos ayudar más a esos refugiados que llegan a Europa en busca de protección, incluyendo a muchos niños de la edad de Ana Frank e incluso más pequeños. Sin duda, ese es el legado que a la joven escritora le hubiera gustado dejar: que nadie más deba esconderse o huir por su origen o sus ideas.
El cineasta establece así un paralelismo entre la persecución de los judíos en la Alemania nazi y la de los refugiados que llegan actualmente a Europa, mezclando la historia de Ana Frank con la de una de sus amigas imaginarias (Kitty) que cobra vida en la época actual.
Casi todos habréis pensado cómo fue posible que la población alemana permitiera la persecución de los judíos. Quizá dentro de 50 años nuestros nietos se pregunten por qué no hicimos todo lo posible por ayudar a los refugiados.
Una historia dramática envuelta en bellísimas imágenes
Una película con un potente mensaje y unas imágenes bellísimas que está especialmente dirigida a los jóvenes, porque es una historia de aventuras y aprendizaje que transmite grandes mensajes muy necesarios en estos complicados tiempos actuales.
Una ficción que a los adultos también nos emociona y nos hace reflexionar. Y en la que predomina su mensaje esperanzador, el que Ana nos daría si siguiera entre nosotros: «todavía estamos a tiempo de cambiar las cosas».
Para desarrollar la historia, Folman se basa en el diario, poniendo imágenes a las propias palabras de Ana Frank y prestando especial atención a los últimos siete meses de su vida. Destacar el sentido del humor, la inteligencia y la madurez que la joven demuestra en momentos tan complicados.
También destacamos el precioso estilo de animación de la ilustradora Lena Guberman, que contribuye a esa presentación cálida de las dos protagonistas, Ana y Kitty, a la vez que las dota de mucho poder. Curiosamente en la mayoría de las películas de animación se nos muestra el presente en color y el pasado en blanco y negro, pero aquí sucede lo contrario, ya que el pasado que vemos a través de los ojos de Ana «es muy vivio, colorido y rico en tonos», según Ari Folman.
Folman también confiesa que la escena más dificil de la película fue la de la llegada de la familia Frank al campo de concentración de Auschwitz. «¿Cómo podemos mostrar este momento concreto a los niños?» -se preguntaba el director-. Pero, afortunadamente, lo resuelven de una forma brillante. Si queréis explicar el Holocausto a los chavales esta película es una estupenda forma de empezar a hacerlo, porque también es muy didáctica.
Recordemos, que Ana murió en el campo de concentración de Auschwitz con 15 años.
Kitty, una de las amigas imaginarias de Ana Frank
La película comienza cuando un rayo cae sobre el Museo Anne Frank de Ámsterdam y rompe el cristal que protege el diario manuscrito. De su tinta cobra vida Kitty, una de las amigas imaginarias a las que Ana Frank dirigía las cartas de su diario. Destacar la belleza de las secuencias en las que la tinta del diario se convierte en Kitty, uno de los hallazgos visuales de la película.
Srgún el director: «Kitty es una luchadora y no está bajo el control de unos padres que le ponen límites, como le ocurría a Anne. Para Kitty no hay compañeros en su escondite que la critiquen. Por lo tanto, es libre de hacer todo lo que Anne quería hacer en su propia imaginación».
Kitty no sabe que han transcurrido varias décadas desde la última vez que Ana la escribió y tampoco sabe donde está su amiga, por lo que decide coger el diario e ir a buscarla. Al adentrarse en las calles de Ámsterdam descubrirá el terrible destino de Ana, pero también su valioso legado y las duras realidades que continúan conectando al mundo actual con la barbarie de su época, como las injusticias que sufren los niños refugiados. Kitty luchará para poder ofrecer a esos niños un mensaje de esperanza y generosidad. Para que puedan tener un futuro mejor.
La escritora juvenil más famosa de todos los tiempos
En la película también encontramos las tensiones que Ana confesaba tener con su madre y con su hermana mayor -ambas también fallecidas en los campos de concentración-, la admiración con la que hablaba de su padre -el único superviviente a la guerra-, cómo se enamoró, y la forma en la que discutía con los otros adultos del escondite.
Una película que también es un homenaje al talento y al tesón de una joven que se ha convertido en un símbolo de la lucha contra el Mal. Y a una obra que sigue siendo tan emocionante y necesaria como cuando la escribió.
Ana Frank confesaba en su diario que quería ser escritora. Y aunque nunca lo supo, se ha convertido en la escritora juvenil más importante y famosa de todos los tiempos.