«Los jóvenes tienen que conocer la verdadera historia de la derrota de ETA»

Las Provincias.- Hubo un momento en la historia reciente de España en que periodistas y políticos decidieron suprimir el artículo ‘la’ para referirse a la banda terrorista ETA. «Se trataba de un giro sencillo, casi imperceptible pero de suma gravedad, pues acercaba el término al hablante y en cierta manera humanizaba a la banda», afirma el escritor y exguardia civil Juan José Mateos (Ciudad Rodrigo, 1972).

«Nadie en Italia habla de mafia, sino de la mafia. La Guardia Civil, junto con otras fuerzas policiales y cívicas, no derrotó a un ente llamado ETA, sino a una banda de asesinos que es mejor llamar como corresponde: la ETA», sostiene Mateos en el primer párrafo de su libro ‘Pikoletos. La derrota de la ETA y la élite de la Guardia Civil». La reflexión del escritor es una declaración de intenciones de una víctima de ETA y de uno de los guardias civiles que luchó en la primera línea contra la barbarie. Dos hombres en uno.

Veinte días después de realizar su primer servicio policial fue víctima de un atentado que le dejó secuelas permanentes. Era el 20 de julio de 1996, cuando una bomba colocada en una papelera del aeropuerto de Reus causó 34 heridos, entre ellos Mateos, al estallar una hora antes de la hora anunciada por los terroristas. Una de las víctimas murió meses después como consecuencia de las graves lesiones que sufrió en la explosión.

Aquel atentado marcó la vida del guardia civil. Sólo llevaba dos días ingresado en el hospital cuando pidió el alta voluntaria para ayudar a sus compañeros. La campaña de ETA contra el turismo no había terminado, y Mateos quería ser uno más en la lucha contra el terrorismo. «Mi estado empeoró y tuvieron que operarme tres veces para reconstruirme los oídos. Luego vinieron las secuelas neurológicas», recuerda.

En 1999 logró entrar en el Grupo Antiterrorista Rural (GAR), una de las unidades de élite de la Guardia Civil, y participó en decenas de operaciones contra ETA y su entorno. El libro que presentó en Valencia muestra cómo el GAR «fue una las causas principales de la desaparición de la banda terrorista», y el autor explica a quién debemos gran parte de la victoria de la democracia contra la barbarie: sus compañeros asesinados y otros que sobrevivieron.

«Con sus testimonios de vida podemos seguir luchando contra el olvido y contra la amnesia inducida. Nuestra forma de vida resultó crucial para la derrota de la ETA, y aunque nos salió my cara por la cantidad de muertos y de heridos, creo que mereció la pena», señala el exguardia civil.

Sangre y tinta

La historia de la lucha contra ETA está escrita con sangre y con tinta, y por eso Mateos centra su libro en la creación del GAR en 1980 tras el atentado de Ispáster que acabó con la vida de seis guardias civiles. «Su objetivo era luchar contra la banda con nuevos métodos y llegar hasta el último rincón de las provincias vascas para sentar las bases de la información antiterrorista», afirma el escritor. Treinta años después, «ETA fue derrotada, aunque nunca lo reconociera, y los jóvenes de ahora tienen que conocer la verdadera historia de la derrota», añade.

Mateos destinará los beneficios de la venta de su libro a ayudar a antiguos compañeros que viven en situación precaria, y a financiar actividades que muestren a los más jóvenes las huellas del terror, como la reciente visita de un grupo de universitarios al zulo donde Ortega Lara estuvo secuestrado 532 días.

El acto de presentación del libro fue organizado por la Fundación Profesor Manuel Broseta y Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Valencia. Vicente Garrido, catedrático de Derecho Constitucional y presidente de la fundación que lleva el nombre del político asesinado por ETA, manifestó que el relato verdadero que no se puede olvidar «es el del horror que sembró la ETA durante tantos años, atacando a la democracia y la libertad y destrozando a miles de familias».

Garrido añadió que este relato hay que difundirlo a las generaciones jóvenes, y afirmó que no se puede consentir otro que ahora quieren imponer. También intervino en el acto Inmaculada Fuentes, madre del capitán de la Guardia Civil Óscar Arenas, el oficial agredido junto a un compañero y sus respectivas parejas por un grupo de proetarras en Alsasua (Navarra) en octubre de 2016. Fuertes recordó los trágicos momentos que vivió su familia y condenó una vez más la conducta criminal de los jóvenes procesados por la brutal paliza.

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