La tregua entre ‘enterradores’ y ‘héroes’ para formar ultras en Servia llega hasta los colegios

Relevo.- Uno de los partidos estrella de este domingo en la Eurocopa de Alemania será el Inglaterra-Serbia en Gelsenkirchen (21:00). Una de las favoritas ante la siempre competitiva potencia balcánica, a la sombra de Croacia en los últimos años pero con talento para amargarle una tarde a cualquiera. Y fuera del estadio se extremarán las medidas de seguridad. Principalmente por los ‘hooligans’, por cantidad y por sus antecedentes en anteriores grandes campeonatos: protagonizaron graves incidentes en la Eurocopa de 2016 en Francia. Pero con Serbia siempre hay asteriscos. Un país de una tradición ultra muy arraigada, cultural, alimentada en esa rivalidad Estrella Roja y Partizan siempre en una atmósfera política que vivirá una tregua en Alemania.

Algunas webs que siguen el movimiento ultra apuntan que solamente vendrían 500 radicales del país balcánico. «La gente es más de los clubes que de la selección de fútbol. Los jugadores son ostentosos y a veces los aficionados se avergüenzan. La selección allí es la de baloncesto», explica un periodista que conoce al dedillo la cultura serbia, en la que «los niños crecen en barrios donde hay una guerra de grafitis entre ultras, hay caras en recuerdo de asesinados, insultos a la afición rival… En cada esquina te encuentras pintadas, incluso dentro de los colegios, en los patios, los niños y las niñas crecen con ello«.

En Belgrado hay dos grandes clubes polideportivos. El Estrella Roja cuenta con una facción ultra cuya nombre es Delije, que se podría traducir como «héroes» o «guerreros», mientras que el Partizan tiene a Grobari, literalmente llamados «enterradores». En el estadio del primero hay un tanque de los famosos Tigres de Arkan que apunta a las instalaciones del Partizan, una metáfora de que la guerra entre ambos es cruenta, aunque les una su afinidad con Rusia y una identidad fascista.

El líder famoso, procedente de la facción de Estrella Roja, era Ivan Bogdanovic, famoso por sus múltiples incidentes durante partidos como el enfrentamiento de ultras ante Italia en 2010, saltar al campo en un encuentro ante Albania por la aparición de un dron en el campo del Partizan en 2014 u otros delitos fuera, como un tiroteo protagonizado en Montenegro y el tráfico de drogas.

Una historia desde Arkan hasta el Belivuk ‘El Problema’

Hay muchos leyendas urbanas y realidades en el mundo ultra serbio, como la que dio lugar al doblete del Partizan en 2017. «Los directivos del club fueron a celebrarlo a un restaurante cercano al estadio del Estrella Roja y corrió la voz. Aparecieron ultras y entraron al local con una Gloc 17 (arma de fuego). Se lo tomaron como una provocación y los invitaron a que se marcharan de allí», explica el periodista.

Los nexos entre los ultras, la política y los capítulos más oscuros de Serbia son irrevocables. Desde el propio Arkan, líder paramilitar en la Guerra de los Balcanes, quien pertenecía a la facción Delije de Estrella Roja, donde captó a su ejército de voluntarios; hasta Veljko Belivuk, conocido como El problema, quien ha sido acusado de asesinatos y pertenecer a una banda criminal que tenía una picadora de carne en la considerada casa de los horrores. Recientemente, en marzo, hubo una serie de detenciones en Grecia en la que se sospechó que él estaba implicado en la confección de ese entramado.

Aunque son muchos los serbios que residen en Alemania, la seguridad pondrá un ojo en este grupo y ese movimiento ultra que, para entender toda su magnitud, es necesario pasear por las calles de Belgrado y escuchar las historias que se cuentan para conocerlo y temerl

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