Una madre denuncia que su hija sufre ‘bullying’ en un instituto de Oviedo
Fuente: El Comercio Digital
Fecha: 8/01/2017
La joven desapareció en la noche del viernes y regresó el sábado. Su progenitora ha interpuesto una denuncia ante la Policía.
Yayo Villar se llevó un buen susto cuando despertó a las cuatro de la mañana y vio que su hija y su perro ‘Nico’ no estaban en casa. Por su cabeza rondaron todo tipo de pensamientos y temió que les había pasado algo, ya que denuncia que la adolescente sufre ‘bullying’, acoso escolar, en el Instituto de La Corredoria desde hace más o menos un año. «Adelgazó trece kilogramos en primavera, porque le llamaban ‘gorda’ y, un día, descubrí que en su mochila tenía unas cuchillas para cortarse los brazos». Debido a esta situación, la llevó al pediatra que le aconsejó acudir «al psiquiatra» y le explicó que se autolesionaba por culpa del «estrés y para sentirse mejor». Pasado el verano, la adolescente comenzó tercero de la ESO y, hace más o menos mes, la tutora le llamó para una reunión, donde «me enseñaron unos mensajes que le habían puesto en las redes sociales en los que ponían ‘por qué no nos haces un favor a todos y dejas de gastar oxígeno y te matas ya’».
Acto seguido, fue con ella y dos amigos a denunciarlo a la comisaría de la Policía Local y una agente estuvo hablando con ella durante media hora. A pesar de la insistencia, la adolescente no ha confesado quién le había enviado estas notas y la Policía, relata la madre, se comprometió a estudiar el caso para encontrar a los culpables . «Yo no sé quién la insulta. Tengo constancia de que son unas chicas», pero su hija no le ha dicho si son de su clase o más mayores o más pequeñas, y los mensajes fueron enviados con el usuario «wwwanonimo_». Desde entonces, no ha vuelto a tener noticias de la Policía Local, pero si ha visto como su hija seguía sufriendo. «Estas navidades no estuvo aquí conmigo, las pasó con sus abuelos en La Manjoya y viernes volvió» al hogar familiar. Fue entonces, cuando Yayo Villar le pidió que sacase al perro a pasear a eso de las diez y media y no volvió a tener noticias suyas.