Polémica en Getafe por unos malos tratos a un niño con autismo

Fuente: Madrid Diario
Fecha: 18/04/2018

Tres trabajadoras del colegio de educación especial Ramón y Cajal de Getafe han sido imputadas por malos tratos a un niño con autismo. Según las grabaciones aportadas al sumario de la investigación, los profesionales del centro se mofaban de él, le inmovilizaban y le amenazaban con tirarle agua por encima o con pincharle.

Tres trabajadoras del colegio de educación especial Santiago Ramón y Cajal de Getafe han sido imputadas por malos tratos contra Eduardo, un niño con autismo. El menor, que pasó solo tres meses en el centro público, se matriculó para cursar 1º de Primaria tras haber pasado por otros colegios.

Sus padres, según han avanzado en una entrevista en Cadena Ser, han asegurado que es un niño alegre y sin conductas violentas. «Como todos los niños tenía rabietas, se angustiaba o se obsesionaba con algo, pero esa impulsividad y esa agresividad que vimos en él, la ansiedad que sufrió, la vimos a las semanas de comenzar las clases», cuenta la madre de Eduardo.

Dispositivo oculto

Tras la negativa del niño de asistir a las clases, los padres decidieron colocarle un dispositivo de grabación oculto entre su ropa para conocer a qué se sometía el niño en el colegio. Llevó cuatro días la grabadora hasta que los profesores, cambiando la ropa al alumno, se encontraron con el dispositivo que llevaba colocado.

La familia, después de oír las grabaciones, constató el trato que estaba recibiendo Eduardo por parte de su tutora, la profesora de apoyo, la auxiliar de enfermería y por parte del personal del comedor del centro: le amenazaban con pincharle en el culo si se portaba mal, con tirarle agua encima, le inmovilizaban y se burlaban de su forma de hablar y le castigaban.

Por ejemplo, en las grabaciones, se escucha a una trabajadora, en tono alterado, que no deja levantarse al niño porque no ha terminado o al menor diciendo que va a estar bien, o que le suelte porque le «da miedo». «No me asustes», llega a decir el niño, mientras la trabajadora le dice «que te aguante tu tía».

También se escucha a un docente riéndose de él por su forma de hablar y le llegan a decir que es «más vago que la chaqueta de un guardia» o se mofan de él diciéndole que es «muy listo».

Declaraciones ante el juez

Los padres se han puesto en manos de un abogado y se ha hecho llegar la denuncia al juzgado de primera instancia e instrucción número 1 de Getafe. El juez ha llamado a declarar como investigadas a la tutora, una profesora de apoyo y a una auxiliar de enfermería. Las tres, han asegurado en su declaración ante el juez que no ha habido ánimo de maltratar al menor y que, en todo momento, actuaron siguiendo las técnicas indicadas en un protocolo elaborado por el colegio.

El juez, también ha tomado declaración en calidad de testigos a otras tres personas más, como la directora del centro y la jefa de estudios, y tiene sobre la mesa la solicitud de más testificales que ha solicitado la defensa, como la de los monitores que cuidaban el patio y el comedor, han explicado las mismas fuentes.

La familia, además, se ha sentido abandonada por la Inspección Educativa pese a que comunicó lo que estaba ocurriendo. Las quejas se centran en que no se recibió respuesta por parte de nadie salvo la citación que recibieron por parte del colegio para abrir un expediente a los padres después de que Eduardo dejara de asistir a clase.

Desde el Ayuntamiento de Getafe han explicado que no tenían conocimiento del caso y que tras enterarse, han contactado con la Consejería de Educación, la DAT Sur y la dirección del centro, donde le han explicado que se abrió una investigación y se puso en marcha el protocolo contra el acoso.

Quejas de otras madres

La polémica ha tenido un gran eco en el municipio. Este miércoles, otras dos madres se han quejado ante la prensa de los métodos que utiliza el centro con sus hijos. Irene, madre de un alumno, ha asegurado a las puertas del centro, que se ha sentido «identificada», ya su hijo de 10 años no quiere ir al colegio, por lo que cree que le haya podido pasar algo similar.

Al respecto, ha contado que lo encerraron con llave solo en una sala y que en alguna ocasión cinco auxiliares sujetaron al niño contra el suelo y eso le parece «un maltrato en toda regla», aunque de momento no se han planteado denunciarlo.

«El primer año en el colegio fue muy bueno pero el año pasado empezaron los problemas con muchos miedos y tenía un rechazo al colegio que no era normal. En unas ocho ocasiones le han tenido encerrado», ha afirmado. También ha contado que su hijo lleva tres semanas sin acudir al colegio porque «no quiere venir y aquí no pueden con él», por lo que se están planteando cambiarle.

Otra de las madres, Pepi, ha relatado que a su hijo de 13 años, que tiene otro trastorno distinto al autismo, «le metían en una habitación, en una sala blanca, cuando se ponía nervioso y le dejaban ahí y se hacía pis y demás».

Su hijo continúa escolarizado en este centro porque «la directora ha intentado reconducir la situación» pero asegura que el menor «sigue teniendo miedo y no quiere venir al colegio. «Así que después de pensarlo mucho le voy a cambiar», ha concluido

Condena de los actos

Desde el Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de la Comunidad de Madrid (CERMI), ha rechazado en un comunicado los hechos denunciados por la familia del pequeño Eduardo y los condena gravemente como discriminatorios, que constituyen una violación de los más elementales derechos que asisten a toda persona.

El juez encargado pidió que se le cambiara de colegio al menor, solicitud a la que accedió Educación inmediatamente, como han señalado. De hecho, aseguran que la inspección educativa acompañó a los padres a varios centros para que eligieran el más adecuado para su hijo.

Desde el pasado mes de febrero, el pequeño está matriculado en otro colegio de educación especial y la familia está a la espera de que un médico forense evalúe su estado actual como parte del procedimiento abierto por el juzgado.

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