Tailandia se compromete a liberar a niños detenidos en centros de inmigración

Bangkok, 21 ene (EFE).- El Gobierno de Tailandia se comprometió hoy a liberar a los niños detenidos en centros de inmigración, mientras organizaciones en favor de los derechos humanos instan a ampliar medidas para la reunificación con sus familiares.

El viceprimer ministro, Prawit Wongsuwan, presenció este lunes la firma en Bangkok del tratado de entendimiento entre varias entidades de las autoridades tailandesas, como la Policía o los ministerios de Interior, Educación y Sanidad, entre otros.

Conforme al documento, Tailandia asume que los menores solo serán detenidos como «última medida» y por un periodo «de la mayor brevedad posible» con el objetivo de «priorizar los intereses de los niños» y asume la responsabilidad de que estos queden bajo la custodia familiar o sean trasladados a casas de acogida temporal.

Además, establece una fianza de 50.000 bat (1.570 dólares o 1.380 euros) para garantizar la puesta en libertad provisional de las madres.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) alabó el «ejemplo positivo» de Tailandia y señaló que espera que los niños y sus madres en los citados centros sean «pronto liberados».

Por su parte, siete oenegés -entre ellas Human Rights Watch o Fortify Rights- urgieron en un comunicado conjunto a extender las medidas de libertad provisional a los padres y a rebajar la «desorbitada» suma para conceder la libertad bajo fianza de las progenitoras.

Los grupos en favor de los derechos humanos también piden que se reconozcan los derechos de la Convención para los Refugiados de la ONU de 1951, un tratado del que Tailandia no es signatario.

«Para prevenir la detención de niños y la separación de sus familias, las autoridades tailandesas deberían garantizar el estatus legal y los derechos básicos de los refugiados que viven en Tailandia», señala Amy Smith, directora ejecutiva de Fortify Rights.

Desde octubre miles de personas han sido detenidas, entre ellos niños y refugiados, durante una campaña de las autoridades a lo largo del país contra la inmigración, denuncian las oenegés.

Hakeem Al-Araibi, un refugiado y futbolista bareiní residente en Australia desde 2014, fue arrestado en noviembre en el aeropuerto internacional de Suvarnabhumi a su llegada a Tailandia, donde afronta un proceso de extradición a petición de Baréin, que lo acusa de causar daños en una comisaria, algo que él niega.

Tras atrincherarse en una habitación del mismo aeropuerto, la saudí Rahaf Mohammed Al-Qunun logró en enero, gracias a la intervención de ACNUR, viajar a Canadá como solicitante de asilo tras apostatar del islám y evitar así una posible extradición a Kuwait, donde le esperaba su familia que denunció la había amenazado de muerte. EFE

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