Acabar con las barreras arquitectónicas de los colegios, el primer paso para conseguir una educación más inclusiva

La Sexta.- Para Claudia, que no tiene movilidad en los brazos, ir cada día a la universidad era una tortura. Estuvo a punto de abandonar los estudios por un tiempo y su madre se vio obligada a pedirse una excedencia laboral para poder acompañarle al aula.

El centro no disponía de los recursos suficientes para adaptarse a personas que como ella tienen una movilidad reducida. Y no solo lo sufren los alumnos, sino que las familias también terminan cargando con las consecuencias de estas deficiencias.

Es lo que le ocurre también a Mónica, que no puede llevar a su hijo al colegio que le gustaría porque los recursos se concentran tan solo en una pequeña parte de los centros.

La cifra de esta desigualdad es escandalosa: más del 80% de los colegios tienen barreras arquitectónicas que complican o impiden el acceso de los alumnos con movilidad reducida.

Es por ello que desde las asociaciones reclaman más personal de apoyo y accesibilidad a espacios como autobuses y baños escolares. Algo que permitiría a estos alumnos no solo recibir una educación adecuada sino también poder tener una vida social como cualquier otra persona.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *