Adi Iglesias, la campeona que acabó en un centro de menores español tras huir de la caza de los albinos en Mali

París.- Adiaratou Iglesias es gallega, aunque también nació en Bamako (Mali, 1999). Cuando era pequeña, cada vez que salía a hacer un recado por su barrio maliense -y sólo por su barrio-, su madre la ‘cronometraba’. «Mi madre no tenía reloj, ni sabía lo que era eso, entonces me decía ‘vete a hacer este recado’ y cuando volvía me decía cuánto había tardado, así que siempre hacía todo corriendo. Creo que a todo niño o niña cuando es pequeño le gusta correr, pero lo mío ya era algo diferente». Un día, vio en televisión a unas atletas poniéndose los tacos. «Son como yo», pensó. Adi se sintió identificada con aquellas mujeres que tenían el color blanco de su piel… de su piel albina. Y decidió que iba a hacer lo mismo que ellas.

Hoy tiene pasaporte español, se entrena en el CAR de Madrid, estudia Magisterio Infantil, tiene pareja y una discapacidad visual debido a su albinismo que le permite ver un 10% que se incrementa en un 20% gracias a sus gafas. La vida hubiera sido muy distinta de no haberse marchado con 11 años del país africano, aunque sus padres tenían una posición privilegiada en su barrio. «Mi padre era una persona que tenía la mente abierta, en casa nos hemos sentido escuchadas y no nos ha dicho ‘mira, cásate porque necesitamos dinero’. Muchas de mis hermanas estudiaron y yo creo que hubiera tenido una buena vida, pero no creo que hubiera sido atleta. Estaría luchando por ello, pero hubiera sido muy difícil porque siendo albina y siendo mujer…» .

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