Alerta de los docentes por la situación en las aulas: «No podemos dar clase por los continuos insultos y agresiones»
El Mundo.- En el IES Polígono Sur, en el barrio sevillano de Las Tres Mil Viviendas, los profesores pidieron auxilio hace un mes porque «el clima de convivencia supera unos límites de violencia extrema» que «llega a impedir literalmente el proceso de dar clase». Denunciaban que era «imposible la docencia por tener que gestionar continuamente conductas agresivas y faltas de respeto» de alumnos. La gota que colmó el vaso fue la agresión a una profesora, el pasado 14 de octubre, por uno de estos estudiantes. Tuvo que intervenir la Policía.
Pero no fue el único incidente. Así cuentan su día a día en un «manifiesto contra la violencia en el centro» al que ha tenido acceso EL MUNDO: «Desde el inicio de curso se producen casi a diario peleas entre alumnos con agresiones físicas y verbales, daños al mobiliario del centro, llegando a quemar con fuego armarios de madera, accionar extintores por los pasillos, partidas de juegos de cartas con dinero y consumo de tabaco y sustancias estupefacientes».
La carta habla de «bandas de niños armados con palos que deambulan por el centro negándose a entrar en clase, agresiones físicas y verbales continuadas al profesorado, amenazas de muerte, boicot con uso de la violencia en el aula para impedir dar clase…».
Añade que «el propio equipo directivo ha sufrido amenazas, insultos y agresiones por parte de las familias». «Se han tomado medidas más drásticas, como expulsiones, pero éstas no disminuyen el patrón de conducta violenta del alumnado, produciéndose nuevamente cuando se reincorporan al centro». Uno de esos alumnos, de hecho, fue el que agredió a la profesora, que tuvo que abandonar su tarea y desplazarse a un centro médico. Actualmente está de baja, según confirmaba este martes el director, que aseguraba que la Inspección ha intervenido y los incidentes ya «están zanjados», sin querer comentar más los hechos.
Esta carta constata que hay otros institutos donde los profesores no se sienten seguros, como el IES Domínguez Ortiz, «afectado en la misma situación». La zona es una de las más marginales de Sevilla pero los docentes del Polígono Sur recalcan que ni «las características del centro», de difícil desempeño, ni «su contexto» socioeconómico «pueden suponer en ningún caso la justificación de agresiones al profesorado, que atentan contra la integridad física y psicológica, no ya sólo del profesorado sino también de parte del alumnado». «Solicitamos ayuda, medios y respaldo para poder continuar trabajando por y para el alumnado en unas condiciones laborales dignas», añaden.
INFORME DEL DEFENSOR DEL PROFESOR
Esta frase sintetiza el sentir de muchos otros profesores en España. «Nos está preocupando que no lleguemos a atender adecuadamente a los alumnos», avisaba este martes Carolina Fernándezdel Pino, vicepresidenta de Anpe en la Comunidad de Madrid, durante la presentación del informe del Defensor del Profesor que este sindicato ofrece en toda España. Un total de 1.994 profesores se han quejado de los problemas que tienen para dar clase, de las faltas de respeto y de las agresiones que reciben durante el desempeño de su tarea. Incluso hay denuncias falsas tanto de los alumnos como de sus padres.
El número de quejas es más o menos el mismo que el curso anterior, pero «ahora se detectan cada vez más complejidades relacionadas con el estado anímico, la carga burocrática y la atención a alumnos con necesidades especiales», según la coordinadora del Defensor del Profesor, Teresa Hernández.
El informe ve un aumento de un 45% en las bajas laborales denunciadas en su servicio, pasando de 195 en el curso 2020/21 a 279 en 2021/22. Las llamadas relacionadas con casos de ansiedad han sido 1.556, un 3,4% más que el año anterior, mientras que las de depresión (221) han crecido un 0,45%.
Está el caso del director de un colegio de Aragón que tuvo problemas con un alumno de 5º de Primaria (10-11 años): «Ha agredido a docentes tirando cuadernos, sillas, vasos del comedor. Tras avisar a la policía, agrede a patadas a la misma. En dos semanas ya es la segunda vez que se le expulsa. La madre también me ha insultado por expulsar a su hijo». O esa profesora de baja por ansiedad después de que sus alumnos publicaran un vídeo en TikTok ridiculizándola que alcanzó más de un millón de visualizaciones. O esa otra maestra a la que el padre de una alumna le amenaza: «Mala maestra, incompetente, ya nos veremos las caras, que sé dónde vives».
Entre las razones del aumento de bajas, Anpe menciona que los alumnos «después de la pandemia, ante las incertidumbres del futuro y en un contexto de crispación, no tienen motivación por aprender». Las tareas burocráticas han aumentado, denuncia, y no se sienten respaldados por la administración. La Lomloe y otras nuevas atribuciones, como la figura del coordinador de bienestar, complican su labor. Lo resume Francisco Venzalá, presidente de Anpe: «Todos los problemas se cargan sobre nosotros».
