Andalucía fue la primera comunidad que incluyó la asistencia sanitaria de las personas transexuales en su cartera de servicios, primero en una unidad centralizada para toda la región (en el hospital de Málaga), y más tarde, tras aprobarse la ley, con unidades de tratamiento especializado en las ocho provincias.

La ley, sin embargo, dejó pendiente el desarrollo de los protocolos que debían cumplir los sanitarios andaluces para asistir a los transexuales, un documento que sale a la luz ahora, y que recoge los “criterios, objetivos y estándares de atención recopilados en las recomendaciones internacionales sobre la materia”. “La sorpresa para nosotros fue que había muy poca evidencia científica publicada que nos sirviera de guía. Estamos rompiendo moldes”, avisa la directora general de Investigación de la Consejería de Salud, Maribel Baena.