ARI FOLMAN REVIVE LA MEMORIA DE ANA FRANK EN EL FESTIVAL DE CANNES

Fotogramas.- En la notable ‘Where Is Anne Frank’ (’¿Dónde está Ana Frank?’), el director de ‘Vals con Bashir’ y ‘The Congress’ reaviva la memoria de la joven víctima del holocausto abrazando un espíritu didáctico e inconformista.

En ‘Where Is Anne Frank’ (’¿Dónde está Ana Frank?’), Ari Folman, autor del documental de animación ‘Vals con Bashir’, introduce un nuevo registro en su universo exuberante y doliente: una mirada más naif y didáctica a los traumas del pueblo judío. Aunque, al mismo tiempo, esta nueva inmersión del director de ‘The Congress’ en la vida de Ana Frank –a quién ya dedicó una novela gráfica coescrita con David Polonsky a partir de un encargo de la Fundación Anne Frank– mantiene vivos los rasgos característicos del imaginario del cineasta israelí. Ahí está, por ejemplo, el interés permanente de Folman por trabajar a partir de dispositivos metanarrativos, donde los personajes entran y salen del interior de diferentes ficciones: mundos imaginarios o sus propios recuerdos. En este caso, ‘Where Is Anne Frank’ se construye a partir de un diálogo entre las vivencias de Frank, en la Ámsterdam del periodo 1942-1944, y la odisea de Kitty, la amiga imaginaria de Anne, quién en el momento presente (“1 año en el futuro”) reaparece con la determinación de emprender la búsqueda de su amiga.

Construida a partir de la imbricación de animación 2D (para los personajes) y 3D (para los escenarios), la película transcurre a partir de un ir y venir permanente entre pasado y presente, dejando a su paso reflexiones acerca del sentir judío –“ser judío implica tomar la decisión de asumir el destino y la historia de nuestro pueblo”–, una entretenida peripecia juvenil y una serie de estampas que abordan los horrores de la Historia desde una perspectiva alegórica. Al tratarse de un personaje de ficción, fruto de la imaginación de Anne, Kitty tiene la capacidad de transitar con gran libertad por las fantasías de su amiga. Así es como la lucha contra el terror nazi se representa a partir de una batalla a caballo entre gigantes germanos y una troupe de héroes de la resistencia, incluido un Clark Gable que no pierde la sonrisa socarrona en ningún momento (la aparición de figuras célebres, idolatradas por Anne, trae a la memoria el desfile de rostros conocidos que acontecía en la segunda mitad de ‘The Congress’). Luego, en otro de los momentos más sobrecogedores de la película, Kitty busca a Anne en un inframundo en el que resuenan los ecos de la mitología griega y las figuras monstruosas del célebre cómic ‘Maus’ de Art Spiegelman.

Aunque la apuesta más atrevida de ‘Where Is Anne Frank’ tiene menos que ver con las piruetas fantásticas que con el acercamiento de Folman a la realidad contemporánea. En una operación que recuerda al ejercicio de anacronismos planteado por el alemán Christian Petzold en su extraordinaria ‘En tránsito’, Folman construye un paralelismo entre el terror que los nazis diseminaron entre la población judía y la situación de indefensión y persecución que encuentran muchos refugiados que emigran a Europa en busca de cobijo y protección. Al convertir a Kitty en una activista en favor de los derechos de los refugiados, en particular de los niños inmigrantes, Folman convierte su nuevo ejercicio de memoria histórica en un urgente manifiesto en contra de las injusticias del presente.

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