Campaña mundial contra la discriminación por edad
La Vanguardia.- Entidades científicas, médicas y sociales claman contra el edadismo
“Dije viejo, nunca dije maricón. No te preocupes, no me refería a los negros sino a los viejos. Ah! te refieres a una mujer vieja, pensaba que eras sexista…”. Son frases extraídas de los tres vídeos que acompañan la campaña “ Old lives matter” (las vidas viejas importan) impulsada por más de 40 organizaciones científicas, sanitarias y sociales de todo el mundo para sensibilizar a la población y luchar contra el edadismo, la discriminación contra la gente mayor basada en falsos prejuicios instalada en todas las sociedades.
Frases de una discriminación tan interiorizada que apenas nadie se da cuenta de la vulneración de los derechos de las personas mayores, de cómo se las denigra. Se combate la homofobia, el racismo y el machismo, como queda recogido en los vídeos, pero el edadismo ni se reconoce.
La iniciativa de esta campaña parte de la Sociedad Francesa de Geriatría y Gerontología, y se inscribe en el contexto de la pandemia por la Covid-19, que ha puesto aún más en evidencia una discriminación que, según se subraya, “es la más extendida, la más corriente y la más universal. Además, es la única que no está sancionada por ley”. Se basa con expresa voluntad de llamar la atención el eslogan “Black lives matter”, fruto de la contundente movilización antirracista a raíz del asesinato de George Floyd en Minneapolis.
Cuatro meses más tarde de la muerte a manos de la Policía de Floyd, las más de 40 organizaciones de todo el mundo, entre la que está la Sociedad Española de Geriatría (SEG) y el Consorci de Salut i Social de Catalunya (CSC), recuerdan que, en la pandemia de la Covid 19, que ha afectado a todas las naciones, las personas mayores de 65 años han pagado el tributo más alto. Por ello, y coincidiendo con el 20 aniversario del artículo 25 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, que subraya “el derecho de las personas mayores a llevar una vida digna e independiente y a participar en la vida social y cultural”, esta iniciativa quiere poner a la sociedad delante del espejo.
“El edadismo es una forma de alterar los derechos de las personas, es una forma de maltrato”, explica José Augusto García Navarro, presidente de la SEG y director general del CSC. La pandemia no solo ha puesto en evidencia esta discriminación por edad, sino que la ha agrandado, señala, sin que se vea ningún propósito de enmienda por parte de los poderes públicos. “Hemos explicado al Gobierno –indica– que no puede hacer planes sin de los afectados las familias, de los cuidadores… pero no atienden a estas peticiones”. Se venía ya de un “edadismo brutal” de un culto no solo a las personas jóvenes sino físicamente perfectas, comenta el presidente de la SEG, y pese a todo lo que ha sucedido no está cambiando nada.
El manifiesto de la campaña “Old lives matter” subraya el edadismo es la discriminación más corriente y se ha visto con claridad en estos últimos meses. “Son las residencias, que algunos quieren reconfinar sin preguntar una vez más la opinión de los residentes, ni sus familias”. Son las urgencias, se recuerda, que han podido rechazar acoger a personas mayores en plena pandemia. Son las sempiternas publicidades de cremas antiarrugas que estigmatizan el hecho de envejecer. Es la denigración perpetua –el hostigamiento a la vejez- de las personas mayores por su (presunta) ineptitud con las nuevas tecnologías. Es la palabra “jubilado” que genera el inmediato rechazo de la sociedad. Es el culto permanente a la juventud.
Se trata, indican las sociedades científicas, de “una discriminación insidiosa que socava nuestras sociedades; la exclusión de la mayoría de adultos mayores de una participación activa en la sociedad representa una tragedia inaceptable y contraria a la dignidad humana”.
Envejecer, poder avanzar en el camino de la vida, es un éxito de la sociedad. Como lo es, recuerda García Navarro, que España tenga una de las esperanzas más altas de vida. Hay que enterrar muchos tópicos y el primero es la falsa vinculación entre cumplir años y la pérdida de capacidad mental. Estas sociedades científicas recuerdan que una persona sometida a los agravios vinculados a una visión negativa del envejecimiento viven 7,5 años menos que los demás.
García Navarro, partidario de cambiar radicalmente las residencias, recuerda algunos datos para tomar conciencia. Una de cada seis personas mayores sufren maltrato en su domicilio, algunos estudios indican que uno de cada dos en las residencias. Llegar a viejo es un éxito, subraya, y es imprescindible cambiar las miradas.