Caza al pijo: la víctima reclama 5 años de cárcel y 3.915 euros
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Les aplica la agravante de abuso de superioridad por una paliza “cruel e inmisericorde”
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Cuando llegaron los agresores, las demás pandillas se fueron debido a su fama de conflictivos
Los padres del joven agredido en una “caza al pijo” viral en el barrio de Nervión han pedido cinco años de cárcel y el pago de una indemnización de 3.915 euros para los cinco acusados, a los que aplica la agravante de abuso de superioridad en una paliza que describe como “salvaje, cruel e inmisericorde”.
El abogado Antonio Cubero, que ejerce la acusación en nombre de los padres del chico de 16 años agredido, imputa a los cinco procesados mayores de edad –otros tres están acusados en el Juzgado de Menores– un delito de robo con violencia por el que pide cinco años de cárcel y otro de lesiones, por el que solicita tres meses de multa con cuota de 10 euros (900 euros). A dos de los acusados imputa otros dos delitos leves de maltrato contra dos miembros del grupo agredido, con una pena aparejada de 600 euros de multa.
Les aplica la agravante de abuso de superioridad y reclama una indemnización de 3.000 euros por el daño moral, 850 por las lesiones y 65 euros por el valor del altavoz bluetooth que le robaron.
Explica Antonio Cubero que la agresión ocurrió hacia las 21:30 horas del 30 de abril pasado, cuando el hijo de sus clientes se encontraba con sus amigos en un parque junto a la avenida de la Buhaira escuchando música, un lugar donde había también otros grupos de jóvenes.
El principal acusado “quería pegar a pijos”
En un determinado momento apareció el grupo de los procesados, lo que provocó que algunas de las demás pandillas se marcharan porque fueron advertidos de que “eran conflictivos y la semana anterior habían creado conatos de agresiones y amenazas”. De hecho el principal acusado, C.A.C., había comentado a su pandilla que “quería pegar a pijos” y “pegarse con alguien”, según el escrito de acusación, que de esta manera corrobora la denuncia de los padres afectados sobre una campaña de “caza al pijo” en barrios como Nervión y Los Remedios.
Los agresores intentaron quitar a la víctima su altavoz portátil, a lo que se negó, se produjo entonces un forcejeo y el joven “comenzó a ser golpeado de forma salvaje, cruel e inmisericorde por los acusados”, recibiendo patadas y puñetazos por todo su cuerpo, “sin posibilidad alguna defenderse” y mientras los agresores gritaban “cogedle, matadle”.
Afirma la acusación particular que en cierto momento uno de ellos lo levantó del suelo para facilitar al resto que pudiera seguir golpeándolo.