El Orgullo LGTBI es encuentro, es alegría y es visibilidad, pero el Orgullo es también una oportunidad única para demandar a la sociedad que apueste por la igualdad y eso pasa por una leyes contra las barreras que perpetúan la discriminación y el odio. Para ello la educación es factor clave y desde EducaTolerancia os dejamos con varias películas del último año para poder trabajar este tema.
Empezamos como no podía ser de otra forma con PRIDE de Matthew Warchus . Basada en una historia real, la película muestra a un grupo de activistas LGBT que recaudaron dinero para ayudar a las familias afectadas por la huelga de los mineros británicos en 1984, al comienzo de lo que sería la campaña Lesbians and Gays Support the Miners (Lesbianas y gays apoyan a los mineros). El Sindicato Nacional de Mineros se mostró reacio a aceptar el apoyo del grupo debido a las preocupaciones de las relaciones públicas del sindicato al ser asociado con un grupo abiertamente gay, por lo que los activistas, en cambio, decidieron llevar sus donaciones directamente a un pequeño pueblo minero de Gales – dando como resultado una alianza entre las dos comunidades. La alianza no se parecía a ninguna vista antes, pero fue un éxito.
La siguiente cinta fue filmada a lo largo de un año, una vez a la semana, todos los martes, 52 Martes es una historia sobre la identidad, el deseo y la sexualidad, cargada de emociones y belleza, ganadora Mejor Director en Sundance 2014.
La película ganadora del premio a mejor dirección en el Festival de Sundance y el Crystal Bear Generation de la Berlinale. El debut de Sophie Hyde como directora, 52 Martes, es una pieza única. Rodada todos los martes, durante 52 semanas consecutivas, la forma de la película aporta a la historia una capa extra de intimidad. Al igual que en la historia, el equipo de la película se impuso la misma norma, sólo podrían rodar los martes hasta medianoche y de forma consecutiva, de forma que lo filmado ese día es lo que sucede ese día en la historia. Los actores, todos no profesionales, recibieron el guión cada semana, de forma que solo tenían las escenas que iban a interpretar.
La madre de Billie, una chica de 16 años, va a someterse a una operación de cambio de sexo. Durante el tiempo que dure el proceso ésta le pide que sólo se vean los martes por la tarde. No te la pierdas.
Vamos con un poco de cine español de la mano de A escondidas de Mikel Rueda.
Ibrahim, un chico marroquí de 16 años, camina sólo y desorientado por una carretera de las afueras de una gran ciudad. Acaban de anunciarle que en dos días va a ser expulsado del país, así que ha cogido su petate y se ha dado a la fuga. Está sólo. No tiene a dónde ir. Rafa, un chico español de 15 años, entra corriendo en el lavabo de una discoteca. No puede más. Los nervios le están jugando una mala pasada. Fuera se encuentra Marta, una chica que espera de él más de lo que él mismo se cree capaz de aportar. Las vidas de estos dos chicos están a punto de cruzarse, y no será un cruce casual. El uno influirá en el otro tanto como el otro en el uno. Hasta tal punto será esta unión, que ambos comenzarán a sentir cosas que no podrán controlar.
Escondidas habla sobre adolescencia, homosexualidad e inmigración de manera emocionante.
Y desde España a Brasil con Hoje Eu Quero Voltar Sozinho (‘o’Hoy quiero volver solito), del brasileño Daniel Ribeiro, una cinta que narra la historia de Leonardo, interpretado por el actor Ghilherme Lobo, un adolescente ciego cuya vida cambia totalmente a la llegada de Gabriel (Fabio Audi), un nuevo alumno en la escuela. Al mismo tiempo, tiene que lidiar con los celos de su amiga Giovana (Tess Amorim). Leonardo vive inocentemente el descubrimiento del amor entre los dos adolescentes gays.
Seguimos con el documental
Born this way de Shaun Kadlec y Deb Tullmann. Se producen más arrestos por ser homosexual en Camerún que en cualquier otra parte del mundo. Gracias a la aproximación íntima a la vida de cuatro jóvenes gais cameruneses, “Born this Way” se desmarca del género de cine activista para ofrecer un retrato poético y realista de como se vive el día a día en el África moderna. Un imaginario lírico, una homofobia asoladora, la influencia de la cultura occidental y un drama judicial rodado con cámara oculta se aglutinan en una historia acerca de lo que es posible hacer en la lucha global por la igualdad.
Tampoco puede faltar el documental
Kidnapped for Christ de Kate Logan. La cinta se centra en un acontecimiento estremecedor. Una serie de jóvenes estadounidenses fueron que alejados de sus familias y de sus casas y trasladados a la ‘Escuela Caribe’, un centro cristiano para jóvenes en la República Dominicana, con un programa de modificación del comportamiento. Cuando a una joven evangelista se le permite el acceso al interior de la escuela, antes restringido a toda persona ajena, descubre las sorprendentes historias de los jóvenes que va conociendo y que cambian su vida.
Y terminamos con el también documental Deti 404 de Askold Kurov y Pavel Loparev. En 2013 el presidente ruso Vladimir Putin aprobó una ley que prohíbe la ‘publicidad entre los menores de relaciones sexuales no tradicionales’, según la cual, a los jóvenes de orientación LGTB se les considera enfermos, degenerados y personas anómalas. Los psicólogos, profesores e incluso padres que les presten su apoyo pueden ser objeto de sanciones y penas de cárcel. Cuarenta y cinco adolescentes y preadolescentes rusos comparten sus historias a través de entrevistas anónimas y videodiarios donde explican con detalle las vejaciones y discriminaciones que sufren. así como el coraje con el que se enfrentan a sus acosadores. Sus testimonios se han recogido a través de Internet en lo que se denomina Proyecto Niños-404, en referencia un mensaje de error frecuente en la web. El fundador de este grupo de apoyo lucha dentro del sistema por atraer la atención de la opinion pública y suscitar la empatía con las víctimas de este odio promovido desde el gobierno, mientras que el activista Pasha decide que tendrá que abandonar su país para ver cumplido su deseo de encontrar novio y llevar una vida normal. ¿Acaso ha entrado Rusia en una nueva Edad de Piedra?