Cómo defenderse del auge del odio en internet
Hoy. Durante 2018, Facebook borró alrededor de 3 millones de publicaciones que incitaban al odio, mientras que Youtube, por su parte, eliminó de su plataforma 25.000 vídeos relacionados o que hacían referencia al bullying o acoso. Las redes sociales tienen un problema con el odio en sus plataformas y destinan equipos humanos para combatirlo o potentes algoritmos para vigilar estos mensajes.
Todas las redes más usadas tienen un problema y especialmente Twitter. En los últimos meses, la compañía de Jack Dorsey ha eliminado millones de cuentas falsas e inactivas para mejorar la «salud» en la plataforma. Un trabajo de las tecnológicas de Silicon Valley, pero que también preocupan especialmente a los ejecutivos nacionales.
En 2017, aún no hay datos del pasado ejercicio, los datos de odio crecieron un 11,6% con respecto a 2016, según datos del ministerio del Interior. Los delitos por racismo y xenofobia son los más numerosos, seguidos de los cometidos con un componente ideológico y, en tercer lugar, los que conllevan una discriminación por orientación sexual.
Esos delitos se dejan ver en muchos casos en las redes sociales y se respira la tensión. Twitter es el campo de cultivo perfecto para personas enfadadas, haters o trolls que intoxican la conversación en las redes sociales.
Una tensión que se puede ver y palpar en directo gracias a una herramienta desarrollada por un joven vasco. Mikel Torres es su nombre y creó una web que mide en tiempo real el odio que se difunde en Twitter. La herramienta de código abierto, permite, eso sí sin base científica, en todo momento tomar la temperatura de la conversación en la red social del pajarito azul.
No es la única herramienta que permite llamar la atención del mal uso de las redes sociales. En Barcelona, cerca de 400 alumnos de ESO de siete centros de secundaria de la capital catalana lhan desarrollado un juego para móvil para luchar contra el odio y la discriminación en las redes sociales. Se trata del proyecto MIST, Misión Internet Sin Trolls, y se puede jugar mediante dispositivos móviles.
El objetivo MIST es hacer frente a la discriminación en la red y se ha llevado a cabo teniendo en cuenta diferentes ejes: la islamofobia, el racismo, la xenofobia, el antisemitismo, la LGTBIfobia o el antigitanismo, entre otros. Tras un año de trabajo de los jóvenes, la app está disponible tanto para Android como para iOS.
Según el último informe de Interior, la mayoría de las denuncias son injurias y amenazas realizadas por Internet o mediante dispositivos móviles. Los haters tiene un patrón de comportamiento, según los expertos.
El acoso comienza con comentarios públicos que se pueden trasladar en algunas ocasiones se puede trasladar al apartado privado de la red social. Los mensajes suelen tener además el mismo foco: sexo, ideología o religión.
Ante este tipo de situación, la acción recomendada es el bloqueo del usuario y la denuncia del perfil del acosador. La ONG Accem tiene en marcha una campaña para salvar a un hater, una acción, desde la ironía, promover la conciencia crítica entre la población.
Odiadores profesionales
En la web savehater.accem.es ofrecen un manual para intentar ayudar a los odiadores, que, en muchos casos, pueden ser hasta profesionales. Entre los consejos destacan el no insultar, «la verdad y la objetividad son los peores enemigos de los haters», explican. Recuerdan, eso sí, que «en casos en los que se lancen amenazas o se llame a la violencia, siempre se ha de denunciar a las autoridades competentes».
Un informe de Stop Haters señala el blanco preferido por estos perfiles España es mujeres jóvenes de 15 a 25 años. La mayoría de los haters conocen a sus víctimas y se les puede localizar con relativa facilidad tras un «exhaustivo trabajo de campo» porque «siempre fallan en algo», explica a EFE la abogada penalista Sara Antúnez, presidenta de la asociación.
La última reforma de 2015 del Código Penal introdujo en su artículo 172 el acoso persistente («stalking») para referirse a un delito que afecta a la libertad y seguridad de la víctima. Las penas van de 3 meses a 2 años de cárcel.
La denuncia es efectiva tanto ante la propia plataforma como ante las autoridades policiales. En 2014, la Policía Nacional lanzó en las grandes tiendas virtuales de Google y Apple su aplicación Alertcops.
La aplicación tiene con distintas pestañas para advertir, ya sea como víctima o como testigo, de posibles delitos como el yihadismo o el acoso escolar. A partir de la entrada en vigor del nuevo plan del ministerio del Interior, los delitos de odio tendrán su propio botón.