Cuaderno de Análisis 76: VICTIMOLOGÍA Y DEFENSA DE TODAS LAS VÍCTIMAS DE DELITOS DE ODIO
Esteban Ibarra.- Si la víctima del delito ha sido hasta ahora la gran olvidada en el proceso penal, la victima del crimen de odio además ha padecido invisibilidad, se la ha considerado “sin significación” y ha vivido su condición de víctima en la monotonía del desprecio e indiferencia. Inmigrantes, negros, personas sin hogar, mujeres, gitanos, homosexuales y el conjunto de los LGTB, punkis y alternativos, judíos y musulmanes, por sus ideologías o creencias y un largo carrusel donde su diversidad se convierte en estigma para quien hace de la intolerancia criminal su razón de ser. Una monotonía silenciosa solo rota por la espectacularidad criminal del acto de agresión, ya sea un asesinato brutal, ataques crueles de grupos o por la crudeza de sus resultados y daños a la integridad física y patrimonial, incluido el silencio hacia la condición de crimen de odio en determinados actos terroristas en los que se produce esa doble circunstancia, sin olvidar su relación con los crímenes de guerra, lesa humanidad y genocidios.