Un cuento para explicar a niños de tres años el abuso sexual
El abuso sexual a niños pequeños es una realidad a menudo escondida en el marco del entorno familiar y que se alimenta de la indefensión del menor. Los psicólogos tratan a diario con este drama y aseguran que es en el ámbito más directo del pequeño dónde se producen la inmensa mayoría de agresiones y que éstas suceden a edades muy tempranas. La psicóloga Elisenda Pascual se topó en 2012 de bruces con esta realidad: una niña de tan solo tres años y medio decidió sincerarse con ella y explicarle la traumática situación que estaba viviendo. Este fue el punto de partida de Clara y su sombra (Uranito), un cuento para niños de a partir de tres años cuya protagonista es una niña a la que no le gusta que su sombra le toque. Romper el tabú que aún hoy existe sobre el tema y dar herramientas para la detección de posibles casos de abuso, son los objetivos del proyecto, que contiene también una guía pedagógica.
A raíz de la confesión de la niña, Pascual, que lleva más de una década trabajando en el campo educativo especialmente en el ámbito infantil y familiar, empezó a indagar sobre el abuso infantil y se dio cuenta del “ocultismo” que rodea a un tema que es “tabú”, explica a LaVanguardia. Para esta experta, las estadísticas de abuso sexual a menores “ponen la piel de gallina”. Y los especialistas advierten que la gran mayoría de casos (cerca del 85% de ellos) se dan en el ámbito familiar, algo que facilita que los delitos queden escondidos por mucho tiempo, si es que llegan a ver la luz. Con el consiguiente trauma que eso supone para el menor que lo sufre.
¿Apto para todos los públicos?
Una “sombra” que sigue a todos lados a Clara y que la “toca”. Este es el argumento de un cuento que, para su autora, tiene dos utilidades: prevención y también detección temprana de abusos sexuales infantiles. A pesar del tema y de lo que se explica, Pascual considera que es un libro apto para cualquier niño de más de tres años y que debería “estar en todas las escuelas”. La autora defiende que se debe hablar con los niños del abuso sexual “igual que hablamos con ellos de los celos de los hermanos” y asegura que “también hay que explicarles que a veces hay adultos que quieren tocar tu cuerpo”.
“A Clara no le gusta como él la toca. No es como cuando juega con sus amigos y amigas a tocarse”
FRAGMENTO DEL LIBRO ‘CLARA Y SU SOMBRA’ (URANITO) DE ELISENDA PASCUAL
Todos los expertos consultados por este medio comparten la idoneidad de tratar este delicado tema desde edades tempranas. “Hay que informar a los niños porque algunos son abusados con tres años o menos”, asegura Margarita García Marques, psicóloga especialista en abusos y fundadora de AspaSi (Asociación para la Sanación y la Prevención del Abuso Sexual Infantil). García Marques asegura que una parte importante de los pacientes que trata tienen menos de cinco años. “Si conocen el tema es más fácil que los podamos proteger”, apunta.
Una opinión similar tiene la psicóloga clínica y psicoterapeuta Sara Rodríguez, que señala que “es importante poder hablar con naturalidad sobre el tema para que sepan que si alguien les toca de forma que no les gusta, le puedan decir que no”.
“En un porcentaje muy alto de casos la víctima quiere al abusador”
¿Cómo hablar?
Hablar del tema de los abusos, sí. Pero hay que hacerlo con sumo tacto para no asustar, recomiendan los expertos. Usar cuentos como la historia de Clara o emplear muñecos son algunas de las técnicas más eficaces para abordar el tema con los menores y “afrontar la situación”, apunta Rodríguez. La idea es que el posible niño abusado se pueda “expresar”.
También es importante “no traumatizar ni decirle que lo que le sucede no es normal, porque sí lo es”, recalca Margarita García Marques. Esta experta, igual que la autora del cuento, considera que el tema del abuso sexual debe estar muy presente en las escuelas. Desde AspaSi, sin ir más lejos, hace una década que se dedican a ir por los colegios haciendo talleres de prevención.
Secretos y sombras
La cercanía con el agresor provoca que a la víctima le cueste asumir la situación. “Muchos te dicen, cómo va a ser malo si me lo hace mi papá o mi abuelo”, señalan desde AspaSi. Así, prosigue García Marques, muchos no cuentan lo que les sucede porque no quieren que su padre se vaya de casa.
“En un porcentaje muy alto de casos la víctima quiere al abusador”, señala la experta. Y la no existencia de rechazo puede dificultar la tarea desde el punto de vista judicial, concluyen desde AspaSi.
Los expertos señalan que hay que saber diferenciar entre los juegos sexuales y la exploración del cuerpo con el abuso. Así, como norma general, se puede considerar abuso cuando hay una diferencia de edad mayor a cinco años entre abusado y abusador.
Niñas abusadas por el padre o el abuelo
Desde AspaSi aseguran que la mayoría de menores con los que trabajan han sido abusados por el padre o el abuelo. Muchas de ellas son niñas y menores de cinco años.
La importancia de la prevención y en la detección radica en la necesidad de evitar secuelas graves, de lo contrario “cuando son mayores se sienten objetos sexuales, se sienten culpables y esa culpabilidad no les deja florecer”, señal García Marques. Y ese sentimiento de culpa provoca miedo a tener éxito y que “no terminen de dar todo lo que pueden dar de si”, prosigue la psicóloga.
Señales de alerta ante el abuso
Elisenda Pascual, autora del cuento, reconoce que no es fácil que un niño explique que está viviendo una situación de abuso, pero que en un contexto de confianza se puede lograr. Además, también existen “comportamientos” que pueden hacer pensar a padres, profesores o tutores que algo sucede como una bajada del rendimiento escolar o que el niño tenga problemas para dormir.
Pesadillas. Las angustias y pesadillas nocturnas puede ser un indicio de que algo está pasando. En los casos en los que ha habido penetración pueden soñar con que les quieren clavar un palo o que una serpiente se les quiere meter por el cuerpo, apuntan desde AspaSi.
No quedarse a solas. Que un niño esté retraído o que no quiera quedarse a solas con determinadas personas también puede ser una señal de alarma, apunta Sara Rodríguez. En algunos casos los niños no se quieren dejar tocar o se asustan.
Comportamiento. Generalmente las niñas se vuelven más introvertidas y los niños más agresivos. Una mayor ansiedad también debe ser vigilada. También puede haber una obsesión por lavarse.
La comida. Si ha habido penetración o eyaculación nos podemos fijar en algunos aspectos relacionados con la comida como que no quieran comer alimentos como salchichas, yogur o mayonesa, detalla Margarita García Marques.
¿Qué hacer en caso de sospecha?
Ante estos síntomas o sospechamos que algún menor de nuestro entorno puede estar sufriendo algún tipo de abuso los especialistas recomiendan acudir con urgencia a un profesional. En algunos casos la consulta puede servir para aclarar falsas alarmas.
La autora del cuento explica que muchos de los casos que le llegan a la consulta son mujeres adultas que no han superado el trauma. Y con ellas asegura que también usa el cuento porque “es la niña la que ha sufrido el abuso”. Al cuento lo acompaña un manual pedagógico con indicadores sobre cómo detectar el abuso, pero la autora recuerda que este debe ser usado por profesionales expertos.
A pesar de la dureza de la situación, la psicóloga Sara González insiste en dar el menaje que para estos niños “hay salida y quedan limpios”.
Palabras como ‘sombra’, ‘tesoro’ o ‘secreto’ son términos clave