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Del grito «Ku Klux Klan» en el Bernabéu al caso Diakhaby: el fútbol español, ante el reto de romper con la normalización del racismo

El Diario.es.- Diciembre de 1992. El entonces guardameta del Rayo Vallecano, Wilfred Agbonavbare, más conocido como ‘Willy’, frenaba los goles del Real Madrid mientras a sus espaldas los cánticos racistas inundaban el estadio Santiago Bernabéu: «Negro, cabrón, recoge el algodón», «¡Ku Klux Klan!». Ante la prensa, el portero restaba importancia a lo sucedido: «Soy moreno y, habiendo parado como hoy lo he hecho, esperaba que la gente me chillase».

Abril de 2021. Corre el minuto 30 del encuentro entre el Valencia y el Cádiz, cuando los jugadores Mouctar Diakhaby y Juan Cala comienzan a increparse. El defensa del conjunto ché denuncia que Cala le ha llamado «negro de mierda». Sus protestas se traducen en una tarjeta amarilla. Tras discutir con el árbitro, abandona el terreno de juego. Sus compañeros le acompañan y el encuentro permanece detenido durante cerca de 20 minutos, pero se reanuda tras la advertencia del árbitro de una posible «sanción excesiva» contra el club. El futbolista del equipo gaditano lo niega. LaLiga ha abierto una investigación interna para esclarecer los hechos. Buena parte de la prensa deportiva se vuelca con el defensa francés.

Aunque el Valencia C.F. se convirtiera en el foco de parte de las críticas por no suspender el encuentro, la decisión de los jugadores de abandonar el campo junto a Diakhaby durante unos minutos ha supuesto un hecho histórico sin precedentes en el fútbol español y rompe con la habitual normalización del racismo en el fútbol. «El Valencia ha hecho más que ningún equipo en España, ninguno había decidido plantarse ante una situación como esta», señala Alberto Edjogo Owono, exfutbolista ecuatoguineano de origen español y actual comentarista de partidos, quien también ha sufrido el racismo en el campo.

A pesar de este paso, la imagen de Diakhaby en el banquillo, destrozado, evidencia que aún queda mucho por hacer para atajar los episodios racistas en el fútbol o saber actuar ante ellos. «El mensaje poderoso que se lanzó ayer es que la persona que se siente agredida, que se siente víctima, es quien se queda fuera del partido», dice el autor de «Indomable’, un libro sobre el impacto del fútbol africano en la sociedad. Edjogo, sin embargo, no está de acuerdo en responsabilizar a los jugadores del conjunto ché por su decisión de continuar el juego. Pide mirar más allá.

Según un comunicado del Valencia, el Club «en ningún momento insta a sus jugadores a volver al césped» sino que «el árbitro traslada a los jugadores las potenciales consecuencias de no volver al terreno de juego», que se traducía en la pérdida de tres puntos. «Los jugadores, forzados a jugar bajo amenaza de penalización después de los insultos racistas y la tarjeta amarilla a Diakhaby, deciden regresar al terreno de juego» con la aprobación del defensa del equipo valencianista, que permanece en el banquillo.

«Falta de protocolos claros»

¿Por qué el Valencia se enfrentaría a una sanción por abandonar el campo para apoyar a su jugador? La falta de protocolos establecidos en LaLiga ante actos racistas en el campo es, para Edjogo, parte del problema: «Ni el equipo, ni el árbitro tienen la potestad para decir que ese partido no continúe, y ese es el error de base. El reglamento dice que si abandonas un partido, se entiende que no compareces y pierdes el partido y tres puntos, lo que deja al club en una situación complicada». La Real Federación Española de Fútbol y La Liga «deberían crear un protocolo de competición que permita a los profesionistas determinar que ese partido se está desarrollando en circunstancias anómalas por abuso racial». Esta escasez de herramientas claras, considera el experto, «dejó en el limbo» a los jugadores y «el Valencia, por miedo, continúa el partido». Para poder suspender un partido por esta razón sin acarrear una desventaja no basta la petición de uno de los clubes, añade, sino que debe ser acordado por cinco actores del encuentro: LaLiga, la RFEF, el árbitro y los dos equipos. A este supuesto de la normativa se acogió la decisión de detener el encuentro entre el Rayo Vallecano y el Albacete de diciembre de 2019, después de que parte de las gradas llamase nazi a Román Zozulya, a quien se le ha podido ver posar en diversas imágenes exhibiendo símbolos fascistas.

«Con la facilidad que hay con las nuevas tecnologías, se podría parar el partido, revisar y ver qué ha sucedido antes de reanudarlo pero, como no hay un protocolo, como no se tipifica esa situación, todo queda en el limbo y el equipo valencianista por miedo continúa el partido», dice el experto.

Otra de las estrategias que, según el comentarista, podía haber activado el Valencia pasa por abandonar el césped, aún con la posibilidad de ser sancionado, para después elevar los hechos a altas instancias, como el comité anti-violencia. «Pero en caliente se tiene que tomar una decisión rápida, y tanto Diakhaby, que parece ser quien comunica a sus compañeros que continúen el juego, porque no quiere ser responsable de la pérdida de puntos de su equipo, como el club, se sienten maniatados», indica.

El comentarista deportivo destaca otro hecho «valioso» que siguió a la denuncia del jugador del Valencia y marca la diferencia de épocas pasadas: la reacción de la prensa deportiva. Sobre ellas destaca una portada, la del Marca, teñida de negro, con la imagen de Diakhaby derrumbado en el banquillo bajo el titular: «No estás solo», que recuerda al lema  ‘Yo sí te creo’ utilizado por el movimiento feminista para apoyar a las víctimas de violencia sexual.

El presidente del Valencia, Anil Murthy, en un vídeo grabado junto a Diakhaby, ha mostrado el apoyo incondicional de todo el equipo a su jugador y ha pedido un cambio de normativa que permita confrontar estas situaciones en el campo de juego. También ha señalado que lo sucedido contra el Cádiz en el Ramón de Carranza supuso un paso hacia atrás en la lucha contra el racismo. Por su parte, Javier Tebas, presidente de la liga, ha comentado que la reacción del defensa francés invita a pensar que «algo pasó», aunque defiende la actuación del colegiado de reanudar el partido. Tebas ha anunciado la apertura de un procedimiento interno de investigación para aclarar lo sucedido.

Otros casos de racismo en el fútbol

La historia reciente del fútbol profesional está llena de sucesos racistas que han tenido reacciones dispares. Es icónica la reacción del exjugador del Barcelona Dani Alves, quien decidió comerse el plátano que le lanzaron desde la grada en un encuentro contra el Villarreal en 2014, donde recibió numerosos insultos racistas. Más reciente es el partido de Champions League entre el Paris Saint Germain y el Basaksehir turco, suspendido a finales del año pasado, después de que los jugadores del conjunto turco abandonasen el campo tras acusar al cuarto árbitro de un comentario racista.

En línea con este cambio de tendencia, por el que los actos racistas empiezan a no pasar en balde en el fútbol español, destaca la primera querella interpuesta por la Fiscalía de delitos de odio de Barcelona contra dos aficionados del Español y un tercero, menor de edad, que profirieron en enero de 2020 gritos racistas al jugador del Athletic de Bilbao Iñaki Williams. El delantero del club bilbaíno declaró por videoconferencia el pasado mes de marzo, donde explicó ante el juez, que se sintió humillado e indignado. Según el criterio del fiscal, los gritos racistas contra Williams pueden constituir un delito de odio castigado con pena de prisión de seis meses a dos años y multa al haberse lesionado la dignidad del jugador mediante una humillación o menosprecio por motivos racistas. Es la primera causa abierta por racismo en un partido de Liga.

Iago Aspas, jugador del Real Club Celta de Vigo y Sergio García, exjugador del Español, también fueron señalados en 2018 por comentarios racistas en el terreno de juego. Ambos quitaron peso a las acusaciones, señalando que lo que sucedía en el campo se quedaba allí. Además, estos hechos no fueron recogidos por los diferentes colegiados, a pesar de las quejas emitidas por Jefferson Lerma y Samuel Umtiti, los afectados, por lo que no tuvieron una respuesta. «Mientras los protagonistas del partido no tengan la capacidad para decidir que el partido no se está jugando en situación normal, va a ser complicado que se frenen estas situaciones», señala Edjobo, para quien «lo que pasa en el campo, no se queda en el campo, sino que es una extensión de nuestro día a día».

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