El derecho del alumno a elegir su identidad sexual
Los colegios de Baleares aplicarán este curso un Protocolo Trans para alumnados transexuales y transgénero que fue aprobado ayer por el Govern balear y que reconoce el derecho de alumnos y personal docente de elegir su identidad de género «libremente autodeterminada y aceptada».
El protocolo ha contado con la colaboración de diferentes entidades y organismos especializados y permite que los alumnos adapten su nombre, su vestimenta y sus actividades al género «sentido», según informó ayer el Govern balear en un comunicado difundido posteriormente por la agencia Efe.
El conseller balear de Educación y Universidad, Martí March, el director general de Innovación y Comunidad Educativa, Jaume Ribas, y la directora del Instituto para la Convivencia y el Éxito Escolar, Marta Escoda, fueron los encargados de presentar el Protocolo Trans, desde ayer de aplicación en todos los centros educativos de las islas.
A la presentación asistieron representantes de los colectivos y organismos que han colaborado en su redacción como Ben Amics, Instituto Balear de Salud Mental Infanto-Adolescente, Chrysallis, Oficina de Defensa de Derechos del Menor y el Departamento de Inspección Educativa, entre otros.
El Protocolo Trans establece un conjunto de pautas para facilitar, con normalidad, una adecuada respuesta educativa al alumnado trans mediante un proceso de acompañamiento, sensibilización en el centro educativo y de asesoramiento a los menores trans, a sus familias y al profesorado y, si es el caso, al resto de la comunidad educativa.
Estas pautas tienen que permitir garantizar el libre desarrollo de su personalidad y la no discriminación por motivos de identidad de género o de orientación sexual.
Se debe prevenir y evitar situaciones de transfobia, exclusión, acoso escolar o de violencia de género desde una coordinación institucional que permita identificar las necesidades de esos alumnos y adoptar las medidas adecuadas.
El Protocolo Trans debe aplicarse en el momento en que se detecta a un alumno o alumna con una identidad de género que no coincide con su sexo asignado.
A partir de ese instante el centro tendrá que informar a la familia de los recursos existentes y se tendrá que coordinar con los profesionales que intervengan.
La puesta en marcha del protocolo permite la adopción de medidas organizativas y educativas, como indicar a la comunidad educativa del centro que se dirija al alumno o alumna por el nombre con el cual se identifica.
Así, se deberá respetar la imagen física del alumnado trans, así como la libre elección de su indumentaria y se debe garantizar, en todo caso, la libertad en el uso de la vestimenta con la cual el alumno, por razón de su género, se siente identificado. Se evitará, además, realizar actividades diferenciadas por el sexo y se garantizará al alumnado trans que tenga acceso a los baños y vestuarios que le correspondan de acuerdo con su identidad de género.
Estas medidas, junto con otras que los centros docentes adopten en virtud de la autonomía que la legislación les otorga, se tienen que incorporar al Plan de Convivencia de cada centro.
El protocolo también prevé actuaciones de sensibilización, asesoramiento y formación dirigidas a la comunidad educativa, tanto al alumnado en general como a los equipos docentes y a las familias y asociaciones.
Asimismo, se incluyen medidas de prevención, detección e intervención ante posibles casos de discriminación, acoso escolar, violencia de género o maltrato infantil por identidad de género.