Dos mujeres logran entrar por primera vez en siglos al templo hindú de Sabarimala
El País.- Más de tres millones de indias forman una cadena humana de más de 600 kilómetros en protesta por el rechazo de grupos hindúes al acceso de las mujeres al santuario
Dos mujeres de alrededor de 40 años han logrado entrar al templo hindú de Sabarimala, en Kerala, al sur de la India, según muestra un vídeo grabado en la madrugada del martes al miércoles por la policía local y distribuido por la agencia ANI. Ellas son las primeras mujeres que han conseguido acceder al santuario en siglos, después de que el pasado septiembre el Tribunal Supremo levantara la prohibición que pesaba sobre las ciudadanas que tengan entre 10 y 50 años, en edad de menstruar. El hinduismo considera la menstruación como signo de impureza y lo aleja de los rituales religiosos, pero la mayoría de templos permiten la entrada a mujeres, a menos que tengan el periodo en ese momento. Ayer martes, más de tres millones de indias, según los organizadores, formaron una cadena humana de 620 kilómetros para reclamar igualdad y en protesta por el rechazo de grupos hindúes a la entrada de mujeres al santuario.
Al norte del Estado meridional de Kerala, Sabarimala ha sido fuente de controversia desde que, el pasado septiembre, el Tribunal Supremo de India derrumbara la tradición arcaica que prohibía la entrada a mujeres que estuviesen en edad de menstruar. Desde entonces, actos de violencia callejera han acompañado la tensión política alrededor de la peregrinación al templo, que atrae a millones de feligreses anualmente. En octubre, dos mujeres retrocedieron a pocos metros del santuario, después de haber entrado en la finca que lo rodea con ayuda de un centenar de policías que las protegieron de las piedras lanzadas por los fundamentalistas. En los últimos meses, varias mujeres se han declarado en huelga de hambre como protesta, mientras el Gobierno central se ha mostrado reacio a aceptar la decisión del mayor órgano de jurisprudencia del país asiático.
El Ejecutivo de Kerala, en cambio, se ha mostrado dispuesto a hacer valer el veredicto judicial del año pasado. “Había dejado claro antes [de que las dos mujeres accedieran al santuario] que el Gobierno proporcionaría protección a cualquier mujer que intentase entrar al templo”, dijo a una televisión local Pinarayi Vijayan, jefe del Ejecutivo local. El vicepresidente de Comité del Congreso Pradesh de Kerala, principal partido de la oposición, ha criticado que se haya roto lo que considera una tradición centenaria: “Esto es traición… El Gobierno tendrá que pagar el precio por violar la costumbre”.
Grupos fundamentalistas hindúes amenazan con reaccionar ante lo que ven como una afrenta a sus valores, por lo que la policía brinda seguridad a las dos mujeres que han conseguido entrar al santuario. A primeras horas de la mañana, el templo ha cerrado para realizar rituales de purificación tras la entrada de las mujeres.
Ayer martes, el primer día del año, y ante las dificultades para hacer valer la sentencia, más de tres millones de indias, según manifestaron los organizadores de la protesta a la BBC, formaron una cadena humana en rechazo a los ataques recibidos. Funcionarios elevaron esta cifra a cinco millones, según la misma cadena. El «muro de mujeres» unió los 620 kilómetros de carreteras que separan Kasaragod, localidad cercana al templo, y Thiruvananthapuram, capital del Estado de Kerala. Organizadas por la coalición de izquierdas que gobierna esta región, las manifestantes criticaron la respuesta reaccionaria de grupos hindúes y políticos. “Sabarimala no es el principal problema hoy. Hombres y mujeres somos iguales”, declaró a la cadena BBC una de las asistentes.
La cadena humana fue replicada en el céntrico Parque Shivaji de Bombay por otras 1.500 mujeres unidas en favor de la igualdad de género y en contra de «elementos reaccionarios». “Nuestro objetivo es mostrar solidaridad con las manifestantes de Kerala. Pero aún más, denunciamos que es inaceptable que las mujeres sean tratadas como ciudadanos de segunda”, declaró Sugandhi Francis, de la Asociación Democrática de Mujeres de Toda India. “Esto no es una marcha política, sino una expresión de ira contra la ideología de discriminación del BJP-RSS”, dijo en referencia al partido gobernante y el grupo que les apoya.
El Gobierno Central del Partido Bharatiya Janata (BJP) se ha mostrado reacio a aceptar la sentencia, que considera como un ataque a los valores hindúes. «Debe haber justicia para todos en India. Hay algunos templos, que tienen sus propias tradiciones, donde los hombres no pueden ir. Y los hombres no van… En esta, [la cuestión de] Sabarimala, una jueza del Tribunal Supremo hizo algunas observaciones. Deben leerse minuciosamente […]», dijo ayer martes el primer ministro, Narendra Modi, en una entrevista exclusiva a la cadena de televisión ANI. Sus declaraciones suponen un apoyo a las voces discordantes con el veredicto del pasado septiembre y se entienden como un refuerzo velado a la mayoría tradicional hindú, caladero de votantes de su partido de cara a las futuras elecciones de la próxima primavera.