Educación propone analizar etnocentrismo de libros para evitar discriminación
La Vanguardia.- Analizar la visión etnocentrista de los libros de texto, que establecen la base del racismo social y la xenofobia, y ofrecer recursos pedagógicos con una mirada universal, incorporando el currículo intercultural, son recomendaciones de Educación para reducir la mirada etnocentrista en los colegios.
Las recomendaciones aparecen en la guía «Promover la interculturalidad en los centros educativos: herramientas para asesores de lengua y cohesión social y otros profesionales de la educación», editada por la consellería de Educación.
El objetivo de la obra es «evitar el peligro que supone una única historia» y para ello propone «aportar distintos puntos de vista, abrir miradas, ampliar horizontes y deshacer tópicos», según se plasma en el texto.
Para garantizar la no discriminación dentro de los centros educativos, la guía propone analizar el discurso político y de los medios de comunicación que son fuente de discriminación, visibilizando todas sus formas, dado que «hay algunas más conscientes y otras más interiorizadas».
Por ello, el libro insta a «estar alerta a la instrumentalización política de la diversidad», que persigue «crear una idea de inseguridad, con el fin de persuadir a votantes».
Llegar a este punto es posible «si se aplica una mirada crítica sobre el blanqueamiento de las desigualdades a través de la gestión de la diversidad», según el libro.
La guía también propone analizar de qué manera colectivos como los de las personas migradas y gitanas «están sobrerrepresentados en la pobreza y la precariedad, analizando el racismo institucional que sufren y que les niega derechos».
Asimismo, el libro recoge recomendaciones dirigidas al claustro de profesores, como «dialogar críticamente sobre el vínculo establecido a lo largo del tiempo entre las narrativas históricas hegemónicas y las desigualdades actuales, como el racismo, el antigitanismo y la islamofobia».
El reconocimiento de la diversidad comienza por la autocrítica, cuando se hace el ejercicio de definir «quiénes somos nosotros», ya que «nos damos cuenta de la complejidad y los errores de hacer generalizaciones cuando miramos a los otros», según señala la obra.
Otra de las propuestas es visibilizar que el momento actual de cóvid-19 «agrava las dificultades sociales de determinados colectivos y se amplía a otros, incrementando el desequilibrio económico y social».
Visibilizar el papel del sistema educativo hacia la diversidad del alumnado y focalizar que la responsabilidad del fracaso educativo es del sistema educativo y no de los alumnos es otra de las ideas.
La guía también propone potenciar políticas activas contra la segregación escolar, y para garantizar que no se produzcan procesos de racismo social y/o institucional propone «reflexionar sobre algunas creencias racistas como la del falso dilema entre racismo y clasismo, la intersección entre el género e identidad/orientación sexual y sobre la edad y la capacidad».
En este sentido, el libro añade que «todas estas creencias crean identidades diferentes y complejas, identidades oprimidas e identidades privilegiadas».