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El acoso escolar se ceba en uno de cada cuatro adolescentes, que pierden hasta cinco meses de clase

infoLibre.- Uno de cada cuatro estudiantes es víctima de acoso durante su etapa escolar. Es el dato que se extrae del informe El impacto del acoso escolar en el rendimiento académico en Españapublicado este jueves por la Fundación Alternativas. Basado en el informe PISA de 2018 (informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), donde se encuestó a más de 35.000 adolescentes de todo el país con edades comprendidas entre los 15 y 16 años, el informe revela el alto nivel de bullying que se vive en los colegios e institutos españoles, así como su efecto académico en las víctimas.

Los investigadores de la la Universitat de València Gisela Rusteholz Mauro Mediavilla han sido los responsables de elaborar este informe, que estudia factores como el tipo de centro educativo o las diferencias de género, así como como la influencia de internet entre los más jóvenes y su actividad en redes sociales. Destaca de esta manera el preocupante porcentaje de un 24% de estudiantes que aseguran haber sido testigos de acoso en redes sociales a sus compañeros. Y un 16,8% se reconoce víctima habitual «al menos algunas ocasiones al mes».

El estudio se centra en analizar la relación que se da entre el alto nivel de acoso escolar y su posterior influencia en el rendimiento escolar de las víctimas. Para ello los investigadores han tomado como referencia el informe PISA de 2018, en el cual se evaluó a los estudiantes de 4º de ESO en las competencias de Matemáticas, Ciencias y comprensión lectora. «En Matemáticas, un alumno acosado rinde entre 15 y 19 puntos menos que un alumno no acosado; en Ciencias, la diferencia es de entre 11,2 y 15,05 puntos negativos; y en Lectura, de entre 14,8 y 18,42 puntos», recoge el informe. De modo que el acoso escolar no se postula únicamente como obstáculo para el rendimiento académico, sino que también «puede conducir a la pérdida de oportunidades de educación superior«.

El informe ha tenido en cuenta la forma de acoso escolar que se da en los centros educativos del país. La investigación se ha centrado así en exclusión, burlas, amenazas, rumores, robo o destrucción de objetos personales y abusos físicos.

Diferencias de género, localidad y centro educativo

El estudio no sólo considera distintos tipos de acoso escolar, como los ya citados, sino también diferencias por género, comunidad autónoma o tipo de centro educativo. Cuando se evalúan los casos por distinción del género, no se reconocen diferencias relevantes entre niños y niñas, aunque sí se apunta que «ser niña reduciría levemente la probabilidad de ser victimizado», aduciendo que existen precedentes de otros estudios que validan este planteamiento.

Por comunidades autónomas, la prevalencia de acoso escolar en España se agrava en Asturias (18,95%), Castilla y León (18,05%) y Andalucía (17,63%). Asimismo, los datos más «favorables» se dan en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, con un 14,05% y un 14,96% respectivamente —aunque los autores del informe apuntan que la muestra resultó más pequeña que en el resto de España—, Castilla-La Mancha (15,61%), Comunitat Valenciana (15,75%) y Galicia (15,82%). Sin embargo, el profesor Mauro Mediavilla reconoce no haber encontrado ningún nexo causal entre estas regiones y sus resultados.

Los investigadores tampoco reconocen diferencias significativas a la hora de evaluar los diferentes tipos de centros educativos, ya sean públicos, privados o concertados. Este patrón se mantiene igualmente al valorar los distintos tipos de violencia.

La conclusión del informe es que «el acoso tiene un impacto negativo en todas las habilidades evaluadas y que este efecto equivaldría a la pérdida de 3-5 meses de educación formal para los estudiantes victimizados en comparación con sus compañeros no victimizados.» De modo que los niños y adolescentes víctimas de acoso escolar sufren una perdida de entre el 30 y el 50 por ciento de educación respecto al resto de sus compañeros en un año académico de 10 meses.

Entender a las víctimas

«El acoso escolar existe y es relevante en nuestras aulas», ha señalado Mauro Mediavilla en la presentación del informe junto a un panel de expertos, entre quienes se encontraban el psicólogo José Antonio Luengo, la subdirectora de Cooperación Territorial e Innovación del Ministerio de Educación, Purificación Llaquet, y la trabajadora en Save The Children Cristina Sanjuán. A ellos se ha sumado la periodista Andrea Ropero como moderadora en el debate.

Luengo ha explicado la realidad que sufren las víctimas de acoso, quienes «se sienten culpables y no se prestan a hablar del problema», y mucho menos con sus padres, pues hay un sentimiento latente de vergüenza. «Las víctimas con vulnerables, en general niños tímidos e indefensos con otro tipo de inquietudes. Son niños de 8, 9 o 10 años en una etapa muy importante de su vida, ya que están empezando a construir su identidad.» El psicólogo ha ahondado en este asunto, detallando la gravedad que tiene ser víctima a tan pronta edad. «Para estos niños puede implicar cuestionarse su valor personal y la propia implicación que tienen en el mundo: ‘Yo qué hago aquí'».

«Existe una visión global errónea respecto a este tema, y es un punto de vista que se ha perpetuado como válido en la sociedad», ha explicado Luengo, para así criticar la idea hegemónica que se ha venido adoptando sobre el acoso escolar. «Se acostumbra a decir que estas cosas curten y te endurecen para el mundo adulto, cuando esta mentalidad es mentira. La realidad es que estas cosas laminan el corazón«, ha detallado, incidiendo en la idea de que los más mayores tienen que «aprender a cuidar a los más jóvenes y transmitir un correcto modelo de conducta. Que no se nos olvide que los adultos tenemos mucha responsabilidad en este tema. Somos el modelo y el ejemplo a seguir.»

Purificación Llaquet ha animado a hablar del tema para poder solucionar el problema entre todos. «Hay que formar al profesorado y a todo el personal de los centros educativos, y hay que vigilar los recreos, porque ahí reconoces tanto a los agresores como a las víctimas. Es habitual ver a estos niños sin amigos caminar a solas por el patio de recreo, o subir y bajar escaleras.»

Cyberbulling

Los datos previos que se tienen de acoso a través de redes sociales sitúan en torno a un 7% de niños víctimas en el año 2010, y de un 12% en 2014 según la UNESCO. Sin embargo, se estima que las cifras han aumentado después de la pandemia. «La situación actual es mucho más grave de lo que era antes. Hablamos de una exposición constante, 24 horas 365 días al año. Esto es terrible», ha comentado Luengo.

El cyberbulling (ciberacoso) incorpora a su vez nuevas formas de abuso que es necesario conocer para poder prevenir. Así Cristina Sanjuán ha detallado cómo se viene extendiendo en España la práctica del happy slapping, importada de los Estados Unidos. «La victima es agredida, pero esta vez con un teléfono móvil grabando. La intención desde un primer momento es publicar el contenido en las redes sociales».

Posibles soluciones

La principal medida que proponen los expertos como solución al problema radica en su prevención. «Todos los planes que estamos trabajando consisten en evitar por todos los medios que se llegue a un caso de acoso», detallaba Purificación Llaquet. «Una vez se da el problema, las consecuencias emocionales en la víctima serán inevitables. La solución radica en una correcta comunicación. Aquello de lo que no se habla, no existe. Y ese silencio no se puede permitir.«

Luengo remacha achacando a parte de la comunidad docente —principalmente directivos de los centros educativos— negar cualquier evidencia de acoso en sus aulas. «Una idea extendida consiste en decir ‘en mi centro esto no pasa’. A esos docentes yo les digo que si no pasa es porque ellos no lo quieren ver.» Luengo ha denunciado que los protocolos contra el acoso se suelen evitar para evitar una mala imagen pública. «Se hace patente la necesidad de diseñar políticas que mitiguen de forma más eficaz el problema», ha concluido.

«Y no hay que olvidarse de las personas pertenecientes al colectivo LGTBI, que son de los que más sufren el acoso escolar y menos denuncian. Hay que tener en cuenta que la propia adolescencia es ya compleja de por sí. No es justo que estos chicos y chicas sufran más de lo necesario si está en nuestra mano evitarlo con un poco de esfuerzo y responsabilidad».

Para los casos de acoso escolar, el Ministerio de Educación facilita el siguiente teléfono de contacto para resolver dudas a cualquier interesado, víctimas, familiares y profesores: 900 018 018.

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