El asesinato de los propios hijos, la peor cara de la violencia de género
Canarias 7.- Desde 2013, 41 menores han perdido la vida a manos de sus progenitores como venganza a sus madres
La desaparición de los seres amados contiene la esperanza, aunque menguante con el tiempo, del reencuentro. La muerte es el final. Abrupto cuando se trata de los hijos. Constituye la peor cara de la violencia de género, de la venganza del progenitor contra la mujer que comienza una nueva vida lejos de su dominio. Un solo caso es la atrocidad absoluta del ser humano. También la cobardía. Que una de las personas en las que más confían los hijos, su padre, y de la que esperan la protección habitual, se cebe con esos seres indefensos sucede con una frecuencia incomprensible.
En España han sido asesinados 41 niños dentro de episodios de violencia de género contra la madre, por parte del padre en gran parte de los casos, según las cifras oficiales del Ministerio de Igualdad, desde 2013. Con Anna serían 42. La mayoría de estas víctimas pierden la vida en agresiones mortales colectivas contra la madre y los hijos. En no pocas ocasiones el criminal machista se suicida. Los casos en que el padre secuestra a los hijos para matarlos, con o sin amenaza previa a la madre, son menos frecuentes, pero por desgracia también ocurren casi cada año, con un promedio de más de cinco menores asesinados.