El Gobierno explora dar formación a los inmigrantes para que accedan a la repatriación voluntaria
El Mundo.- La formación de los inmigrantes comienza a erigirse como un nuevo factor de lucha contra los flujos de ilegales. El Gobierno explora incorporarla en su respuesta a la migración irregular en dos vertientes. Tanto para acordar repatriaciones con los países de origen como para fomentar los contratos de trabajo en España, lo que se denomina la inmigración circular.
En el caso de los retornos ya se ha aplicado a un grupo de extranjeros procedentes de Túnez, que permanecían en Melilla. Con este país se mantuvo negociaciones para poder devolver a quienes habían expresado la voluntad de regresar a su país. Las repatriaciones son un asunto muy polémico en África, sobre todo en naciones más estabilizadas como Túnez o Senegal. No cuentan con el aval de estas sociedades, que valoran el enorme esfuerzo de quien ha gastado una gran cantidad de dinero y ha puesto en peligro su vida para llegar a España u otro lugar de la UE. Sus gobiernos son muy refractarios a las devoluciones porque se enfrentan a duras críticas, sobre todo en estos momentos en que la pandemia y los meses de confinamiento han impactado fuertemente en las poblaciones más pobres.
Para que Túnez aceptara estos retornos y los propios inmigrantes lo solicitaran -previamente habían pedido asilo político, pero España no lo reconoce para un país democrático como éste- se les dio unas horas de formación, con el fin de facilitar la inserción laboral en origen
Desde el Ministerio de Exteriores se explica que se trata de una enseñanza teórica y práctica de 20 o 30 horas, para ayudarles a hacer viable un futuro negocio, en temas como contabilidad, el cálculo de precios y el margen de beneficio, la apertura de cuentas bancaria, la petición de préstamos y sus condiciones y advertencias para que puedan devolverse. Además se les da «un poco de dinero» para empezar.
Estas devoluciones se han realizado a través de la Organización Internacional de las Migraciones. Tanto Túnez como España coinciden en que esta formación puede influir para que otros inmigrantes se decidan por el retorno voluntario.
Pero la apuesta por el aprendizaje podría aplicarse incluso para quienes vienen a España durante un tiempo determinado con un contrato regular. Fuentes de Moncloa señalan que el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, se lo propuso al Gobierno durante la celebración de la cumbre iberoamericana en Andorra. Que esa estancia reglada en España sirva para mejorar la capacitación, con el propósito de tener mayores oportunidades o optar por el autoempleo a la vuelta. Y es algo que el Ejecutivo se ha abierto a estudiar como modelo aplicable a otros países.
En el Gobierno cada día es mayor la preocupación por la llegada de inmigrantes de América Latina. «Éste es el problema de España y no África, porque además entran por Barajas», apuntan. En la reciente gira de Pedro Sánchez por Argentina y Costa Rica, fue uno de los asuntos centrales. España impulsó un evento solidario para recaudar dinero y ayudar a los desplazados forzosos y las comunidades que los acogen en Centroamérica y México.
En los últimos meses más de un millón de personas han abandonado su casas por razones económicas, medio ambientales o de seguridad, a las que se suma ahora el Covid. EEUU, un gran receptor de inmigrantes latinoamericanos, ha anunciado inversiones por importe de 88 millones de dólares en Guatemala para frenar la inmigración.