El Vaticano crea una residencia para monjas expulsadas por denunciar abusos de poder y sexuales

ABC.- Las uniones de superioras y superiores generales crean una comisión par estudiar el “Burnout” laboral

En un nuevo paso para erradicar la cultura de los abusos de conciencia, de poder y sexuales, el Papa Francisco ha aprobado la apertura de una residencia para monjas expulsadas de sus congregaciones tras sufrir abusos de poder o sexuales, según ha manifestado el prefecto de Religiosos, João Braz de Aviz al suplemento femenino de «L’Osservatore Romano».

 El Vaticano lleva años castigando, incluso con la expulsión del sacerdocio, a quienes abusan sexualmente de religiosas, pero tan solo ahora está empezando a abordar seriamente otros dos problemas menos visibles: los abusos de poder y sexuales cometidos por superioras autoritarias, y el rescate de monjas expulsadas injustamente de sus propias congregaciones por denunciarlos o por el cambio de conducta a consecuencia de sufrirlos.

Según el cardenal brasileño, conocido por su sencillez y su sentido común, el Papa «quiere abrir en Roma una casa para recoger de la calle algunas religiosas expulsadas por nosotros o por sus superioras, especialmente en el caso de las extranjeras».

Lo considera una cuestión de justicia pues «son personas heridas: debemos cambiar la actitud de rechazo y la tentación de ignorarlas o la de decir que ya no son problema nuestro».

Las Misioneras Scalabrinianas están ya realizando esa tarea humanitaria, especialmente debida en el caso en que las religiosas han sido expulsadas injustamente, o en el caso de hermanas africanas y asiáticas, incluso privadas de su pasaporte, lo cual ha llevado a algunas a caer en las garras de las mafias de explotación de extranjeras y a practicar la prostitución callejera para sostenerse.

El prefecto de Religiosos aborda frontalmente el problema del autoritarismo de algunas superioras que cambian las constituciones para seguir dirigiendo la congregación de por vida o que se comportan de modo tiránico con algunas religiosas abusando del concepto erróneo de obediencia ciega y no en conciencia.

Abusos sexuales entre monjas

Braz de Aviz confirma que están apareciendo casos de abusos sexuales entre monjas, un fenómeno cuidadosamente ocultado pero que tendrá que salir a la luz. En una congregación se han dado hasta nueve casos.

Otro problema que solo ahora empieza a estudiarse a fondo es el del «burnout» o agotamiento por trabajo excesivo que sufren muchas religiosas debido a ritmos y plazos extenuantes.

La Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) lo ha estudiado en su última reunión y ha creado, junto con la Unión de Superiores Generales (USG), una comisión conjunta para estudiar a fondo este problema a lo largo de tres años y proponer soluciones.

Según la religiosa australiana Maryanne Lounghry, psicóloga e investigadora en el Boston College de Estados Unidos y la Universidad de Oxford, «no debemos estudiar los casos individuales sino el ecosistema. Hacen falta códigos de conducta que garanticen espacios de descanso y recreo», así como erradicar «la sensación de ser intimidada o acosada, que es una de las principales causas de stress».

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