El vínculo social es la causa de que existan los hooligans
Fuente: La Vanguardia
Fecha: 25/06/2018
Esa unión entre miembros del mismo grupo “probablemente fue una parte clave de la evolución humana”, señalan los investigadores de Oxford
Las imágenes siempre son tremendas. Vuelan las sillas, silban los palos, huye la gente, corre la sangre. Da igual dónde sea. En Liverpool, en Charleroi, en Madrid, en Bilbao o en Volvogrado. Los grupos de hinchas violentos se reparten por toda la geografía mundial, aprovechando el fútbol como excusa.
Los ingleses tienen la fama de ser los peores, aunque los rusos no les tienen nada que envidiar. Pero ultras hay en todas partes, como se pudo comprobar hace pocos días con la brutal pelea entre aficionados argentinos y croatas poco después del partido que enfrentó a las dos selecciones durante el Mundial de Rusia.
El aumento del vandalismo y la violencia relacionada con el fútbol preocupan especialmente a la policía cada vez que se organiza un gran evento deportivo. Hasta hora, se pensaba que estos comportamientos estaban relacionados con un “desajuste social” (episodios previos de violencia en el hogar, el trabajo o la escuela), pero un nuevo análisis pone el foco en el vínculo social.
Los investigadores de la Universidad de Oxford señalan, en un estudio publicado en la revista Evolution & Human Behaviour , que el deseo de proteger y defender a otros aficionados puede ser una de las principales motivaciones no solo para el vandalismo del fútbol, sino también para el comportamiento de los grupo extremistas en general.
El equipo de la doctora Martha Newson, del Centro de Antropología y Mente de Oxford, entrevistó a 465 conocidos hooligans brasileños y descubrieron que estas personas, miembros de algunos de los grupos más peligrosos del país, no son especialmente “disfuncionales” fuera del entorno del fútbol, y que la violencia relacionada con su afición es más “un comportamiento aislado”.
“Nuestro estudio muestra que el vandalismo no es un comportamiento aleatorio. Los miembros de grupos de hooligans no son necesariamente personas disfuncionales fuera de la comunidad de fútbol; el comportamiento violento se centra casi por completo en aquellos que se consideran una amenaza, generalmente fanáticos rivales o, a veces, la policía”, señala Newson.
Aunque se centraron en ultras brasileños, los expertos creen que no solo son aplicables a Brasil, a aficionados del fútbol y otros tipos de violencia relacionada con el deporte, sino también a otros grupos no deportivos, como fanáticos religiosos y extremistas políticos.
”Estar en un grupo de súper fans que se preocupan apasionadamente por el fútbol aumenta instantáneamente la apuesta y es un factor en la violencia. No solo porque estos hooligans estan más comprometidos con su grupo, sino porque tienden a sufrir los entornos más amenazantes (como convertirse en objetivo de los rivales), por lo que es más probable que estén ‘en guardia’ y preparados para la batalla”, añaden.
A nivel más global, los investigadores de Oxford creen que la armas psicológicas subyacentes a los grupos de combate que encontramos entre los ultras “probablemente fue una parte clave de la evolución humana”. “Es esencial tener éxito en la lucha por los recursos como la comida, el territorio y las parejas, y vemos un legado de esta psicología tribal en el fandom moderno“, apunta Newson.
El estudio no sugiere que reducir el número de miembros en estos grupos extremos necesariamente evitará o detendrá la violencia relacionada con el fútbol, aunque los autores si consideran que los clubes (o federaciones) pueden aprovechar el compromiso y el potencial de los hooligans de manera que pueda tener efectos positivos.
También sugieren que luchar contra el comportamiento extremo con una policía extrema, que usa gas lacrimógeno o fuerza militar, es probablemente contraproducente y solo provocará más violencia, impulsando a los fanáticos más comprometidos a intensificar y ‘defender’ a sus compañeros.
”La violencia proviene de un deseo positivo de ‘proteger’ al grupo”, dice el profesor Harvey Whitehouse en un comunicado. “Entender esto podría ayudarnos a aprovechar este vínculo social y usarlo en cosas positivas. Ya existen, por ejemplo, bancos de alimentos o campañas de crowdfundingpara ayudar a aficionados a los que ni siquiera conocen”, añade.