Facebook e Instagram detectarán a los adultos sospechosos que contacten a menores

El Periódico.- Los adultos sospechosos de acosar a menores lo tendrán más difícil para actuar en Facebook InstagramMeta, la empresa propietaria de ambas redes sociales, anunció este lunes en un comunicado en su blog cambios en sus políticas de privacidad que afectarán a todos los usuarios que tengan menos de 16 o de 18 años, dependiendo de cada país.

Estos cambios harán que, por defecto, su configuración sea más privada, limitando así quienes pueden ver sus perfiles, sus publicaciones, sus listas de amigos, así como otros detalles personales.

Otra vía para tratar de proteger a los usuarios menores de edad será que tanto Facebook como Instagram detectarán a los adultos sospechosos. ¿Qué significa eso? Ambas aplicaciones identificarán como sospechosas las cuentas que pertenezcan a mayores de edad y que hayan sido bloqueadas o denunciadas por usuarios jóvenes. Estos perfiles dejarán de aparecer en las recomendaciones que te sugieren nuevas amistades.

Además, Instagram estudia que esos usuarios sospechosos no puedan mandar mensajes privados a los usuarios menores, un canal frecuente para el acoso. Estas medidas no entran a valorar qué pasará si esta posible situación de acoso se da entre usuarios que ambos son menores.

Meta también está trabajando con el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados (NCMEC) para diseñar una plataforma abierta a otras empresas del sector tecnológico que sirva a los jóvenes para evitar que las fotografías íntimas de los adolescentes circulen en la red sin su consentimiento.

Impacto mental en las menores

Esta decisión llega más de un año después que Instagram cambiase sus políticas para que las nuevas cuentas registradas de usuarios jóvenes fuesen, por defecto, privadas.

El gigante de las redes sociales se vio entonces forzado a tomar medidas después de sufrir su mayor crisis de reputación cuando documentos internos expusieron su impacto en la salud mental de los adolescentes. Los informes filtrados por la exingeniera Frances Haugen revelaron entonces que, entre otros abusos, la compañía era consciente que Instagram produce «niveles crecientes de ansiedad depresión» y que «empeora la relación con su cuerpo» de un 32% de las chicas. A pesar de conocer este impacto tóxico la compañía no había hecho nada para revertir esta situación.

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