Gemma, 12 años durmiendo en la calle: “Me vestía de hombre para que no se metieran conmigo”
La Vanguardia.- El Ayuntamiento de Barcelona adecuará los alojamientos de emergencia a las necesidades de las mujeres sin techo
“Me cortaba el pelo y me vestía de hombre para que no se metieran conmigo”, explica Gemma, que ha subsistido doce años a la intemperie hasta que hace cinco meses consiguió un piso. La experiencia de Gemma en la calle, desde la falta de intimidad en los albergues hasta la los abusos y la violencia contra las indigentes que pernoctan al raso, ejemplifica las situaciones por las que pasan las mujeres sin techo. El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado esta mañana que durante este mandato invertirá 1,2 millones de euros para adecuar los centros de primera acogida municipales a las necesidades de las mujeres.
“Me cortaba el pelo y me vestía de hombre para que no se metieran conmigo”, explica Gemma, que ha subsistido doce años a la intemperie hasta que hace cinco meses consiguió un piso. La experiencia de Gemma en la calle, desde la falta de intimidad en los albergues hasta la los abusos y la violencia contra las indigentes que pernoctan al raso, ejemplifica las situaciones por las que pasan las mujeres sin techo. El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado esta mañana que durante este mandato invertirá 1,2 millones de euros para adecuar los centros de primera acogida municipales a las necesidades de las mujeres.
La teniente de alcaldía de Derechos Sociales, Laura Pérez, ha concretado que la estrategia municipal para prevenir el sinhogarismo femenino incluye poner en marcha 80 nuevas plazas para mujeres que se sumarán al global de 2.200 gestionadas por el Ayuntamiento (1.300) y por diferentes entidades (900) en Barcelona.
“Los recursos de emergencia se diseñaron con una mirada masculina, hemos de introducir la perspectiva de género y crear espacios específicos para que ellas se sientan seguras y tengan privacidad”, ha indicado Pérez. Gemma subraya que detalles como el hecho de que en albergues o en centros de entidades sociales las duchas sean mixtas propicia situaciones incómodas y, en el peor de los casos, agresiones de los hombres hacia ellas.
La extrema fragilidad de personas como Gemma ha llevado al Ayuntamiento a diseñar una veintena de actuaciones recogidas en el documento marco “Prevenció del sensellarisme femení i la introducció de la perspectiva de gènere en l’atenció a les persones sense llar”, dotado con 600.000 euros anuales.
Gemma ha ofrecido esta mañana su testimonio, cinco meses después de que a través de los Servicios Sociales consiguiera un piso. “He estado durmiendo en la calle, en el aeropuerto, en cajeros…. Un día me robaron la medicación que tomo para el hígado y sufrí una infección. Entrar en mi casa ha sido lo mejor que me ha pasado”, relata.
A pesar de que las cifras oficiales apuntan a que el 13% de las personas sin hogar son mujeres, Pérez ha apuntado que se sospecha que hay muchos casos ocultos pues el “sinhogarismo femenino se vive de puertas adentro”. “Las mujeres tienen redes de relaciones de apoyo para evitar llegar a la calle, pero eso también genera situaciones de abuso hacia ellas”.
Los equipos municipales detectaron un total de 2.452 personas durmiendo en la calle durante el 2018, de las cuales sólo 329 eran mujeres. Este dato contrasta con el hecho de que “la mayoría de ciudadanos que reciben ayudas del Institut Municipal de Serveis Socials en forma de alojamiento temporal en pensiones y hoteles y los atendidos por el Servei d’Atenció a Immigrants, Emigrants i Refugiats (Saier) son mujeres”.
Gemma, madre de dos hijas, relata que la droga la llevó a perderlo todo. “Yo tenía tres puestos en Els Encants, pero empecé a consumir de joven”. Su piso, en la zona de Arc del Triomf, le ha dado la llave para intentar reconstruir su vida.
