Hansha Mehta, la mujer que evitó que los «Derechos Humanos» fueran los «Derechos del hombre»
Español.- La representante india, una de las pocas mujeres que participó en la asamblea para redactar la declaración universal, consiguió que se incluyera ‘ser humano’ en vez de ‘hombre’ en el artículo 1
Hace 72 años y gracias al impulso de otra mujer, Eleanor Roosvelt, la Asamblea General de Naciones Unidas en París aprobaba la archiconocida Declaración Universal de Derechos Humanos. Lo que pocos saben es que en ese año, en 1948, una desconocida activista de los derechos de la mujer, de las pocas que estaba participando en la tradicional cumbre, tuvo que pelear por cambiar ya una de las frases claves del artículo 1: reemplazar el «Todos los hombres nacen libres e iguales» por «Todos los seres humanos nacen libres e iguales».
La palabra por la que peleaba Hansa Mehta, política y activista india, era clave para incluir a las mujeres también en esa declaración con vocación de universal.
Pero Hansa Mehta y Eleanor Roosvelt no fueron las únicas mujeres que lograron ampliar la declaración de Derechos Humanos a las ciudadanas también. La ONU homenajea también a otras seis representantes femeninas: la dominicana Minerva Bernardino, la paquistaní Begum Shaista Ikramullah, la danesa Bodil Begtrup, la francesa Marie-Hélène Lefaucheux, la bielorrusa Evdokia Uralova y la también india Lakshmi Menon.
MINERVA BERNARDINO
La diplomática y líder feminista dominicana fue fundamental para incluir el término «igualdad de derechos de hombres y mujeres» en el preámbulo de la Declaración Universal.
BEGUM SHAISTA IKRAMULLAH
La paquistaní, en su calidad de delegada de la Tercera Comisión de la Asamblea General, pasó en 1948 81 reuniones examinando el proyecto de la Declaración Universal de Derechos Humanos y promovió la incorporación del artículo 16, sobre la igualdad de derechos en el matrimonio, pues consideraba que era una manera de combatir el matrimonio infantil y forzado.
BODIL BEGTRUP
La danesa Bodil Begtrup defendió que la Declaración Universal se refiriese a los titulares de los derechos como «todos» o «toda persona», en lugar de emplear la fórmula «todos los hombres».
MARIE-HÉLÈNE LEFAUCHEUX
La francesa defendió con éxito la inclusión de una mención a la no discriminación sexual en el artículo 2. Así, el texto final del artículo en cuestión reza lo siguiente: «Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición».
EVDOKIA URALOVA
La representante de la República Socialista Soviética de Bielorrusia defendió con firmeza la igualdad de salario para las mujeres. Gracias a ella, el artículo 23 reza lo siguiente: «Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual». Además, junto con Fryderyka Kalinowska, de Polonia, y Elizavieta Popova, de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, puso de relieve los derechos de las personas que viven en territorios no autónomos (artículo 2).
LAKSHMI MENON
Otra delegada de la India, Lakshmi Menon, abogó con contundencia por la repetición de la no discriminación sexual a lo largo de la Declaración Universal de Derechos Humanos, así como por la mención de «la igualdad de derechos de hombres y mujeres» en el preámbulo.