Investigan a un grupo de menores por matar a tiros con una carabina a seis gatos y herir a otros siete en una finca

Diario Sur.- La dueña de la parcela, que cuidaba de una colonia con 29 felinos, instaló una cámara camuflada para averiguar lo que estaba pasado, ya que había otros cinco animales desaparecidos

Como quien va de cacería, pero por Almogía y con carabinas de aire comprimido. Así habría actuado un grupo de menores que está siendo investigado por matar a seis gatos y herir a siete de una colonia registrada en una finca privada del municipio. Hay otros cinco felinos desaparecidos. Se sospecha que tuvieron el mismo fin, aunque sus cuerpos no han sido localizados.

La investigación, a cargo del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, arrancó el pasado mes de febrero, cuando la dueña de la finca denunció que los animales estaban muriendo tiroteados por un grupo de chavales.

 La mujer había acondicionado las instalaciones –solo la valla perimetral, de 2.500 metros cuadrados, le costó más de 12.000 euros– para atender a una colonia de gatos callejeros registrada legalmente que se había creado en la zona del Camino de los Almendrales, en Málaga capital. El Ayuntamiento sufragó los gastos de la castración de los animales y ella se hizo cargo de la alimentación, de desparasitarios…
Debido a las quejas vecinales, la mujer, que es amante de los animales, decidió preparar su finca y trasladarlos a Almogía para que vivieran en el campo. La mudanza se hizo en septiembre. Los felinos, 29 en total, se adaptaron bien a la zona y estaban mucho mejor atendidos que en la ciudad, según la dueña de la parcela.
Sin embargo, a partir de diciembre, empezaron a desaparecer. Primero uno, luego dos, después otros dos… En el pueblo culpaban a las aves rapaces. Búhos reales, concretamente. Pero los destrozos en la valla que había colocado alrededor de la finca apuntaban en otra dirección.

A mediados de febrero, la propietaria de la parcela decidió instalar una cámara de tofotrampeo, que es de camuflaje, se activa con el movimiento y se utiliza para observar a los animales en su hábitat natural.

Justo al día siguiente de colocar este dispositivo se produjo la «incursión» más sangrienta. Cuando llegó a la finca, había varios animales muertos, otros heridos y algunos desaparecidos. Al mirar las imágenes de la cámara, descubrió lo que estaba pasando: un grupo de chavales armados con carabinas les habían disparado.

El Seprona se hizo cargo de la denuncia presentada por la mujer. La investigación no tardó en dar resultado. Los agentes identificaron a dos menores en una primera fase y, posteriormente, a otros dos. Tienen entre 15 y 17 años, aunque alguno ya ha cumplido la mayoría de edad tras el suceso. Se les investiga por un delito de maltrato animal.

Los investigadores de la Guardia Civil, especializados en este tipo de casos, intervinieron también las tres carabinas de aire compromido presuntamente utilizadas por los jóvenes, que están clasificadas en la categoría cuarta del Reglamento de Armas. El atestado del caso ya ha sido remitido a la Fiscalía de Menores.

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