Irán asegura que ejecutar a menores no viola los derechos humanos
ABC.- Con estos actos el país estaría violando la Convención Internacional sobre los derechos del niño
Las ejecuciones de menores sentenciados en Irán por cometer delitos graves son cualquier cosa menos un «símbolo de violación de los derechos humanos», dijo un alto funcionario diplomático iraní en una entrevista con la AFP, respondiendo a críticas recientes por parte de la ONU.
La República islámica de Irán es criticada con frecuencia por oenegés occidentales o por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos a causa de las ejecuciones de personas que han sido condenadas por delitos cometidos cuando eran menores, violando de esta manera la Convención Internacional sobre los derechos del niño, ratificada por Teherán.
Al presentar, el 22 de junio, un informe muy crítico sobre la situación de los derechos humanos en Irán, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, insistió sobre la gran preocupación de la ONU por el «recurso generalizado a la pena de muerte» en este país.
«Más de 80 jóvenes delincuentes se encuentran a la espera en el corredor de la muerte, entre los cuales cuatro se enfrentan a una ejecución inminente», indicó.
Irán se defiende
Pero para Majid Tafrechi, subsecretario general del Consejo Superior de derechos humanos iraní, institución estatal que depende de la Autoridad judicial, estas críticas son injustas. Por lo general, explica este alto diplomático, «el objetivo de esta institución es reducir a un mínimo, en tanto sea posible, el número de ejecuciones de personas sentenciadas a la pena capital (pero) nadie aplaude a Iran» por ello.
«Cuando hablamos (de menores delincuentes), no estamos mencionando a niños de 5 o 6 años. Hablamos sobre todo de chicos mayores de 17, a los que el tribunal ha reconocido con la madurez suficiente» para comprender el alcance de sus actos, prosigue.
Respecto a la ejecución de un criminal, de acuerdo al Corán, «es derecho de la familia de la víctima perdonar o no», y el perdón es considerado «algo bueno». Entonces, «intentamos convencer (a las familias) para que perdonen», destaca Tafrechi.
Los homicidios voluntarios y asesinatos se castigan con la pena de muerte en Irán, de acuerdo a la ley del talión. Pero, si la familia de la víctima concede el perdón al asesino condenado a muerte, esta no es ejecutada.
«Quisiéramos que (las familias de las víctimas) perdonen, intentamos brindarles dinero. Les pedimos, les suplicamos (…) no solalmente una vez, sino a veces durante seis o siete años», afirma Tafrechi. Pero, pese a ello, «se culpa a este sistema como a un solo hombre; y no es justo. (Hay) 85 millones (de habitantes en Irán) y tres o cuatro (ejecuciones de menores al año), esto no es un símbolo de violación a los derechos humanos», a su entender.
Lograr el indulto
De acuerdo al diplomático, en los casos de menores condenados por delitos, los esfuerzos de su institución permiten lograr el indulto por parte de los familiares de las víctimas en el 96% de estos.
Según la ONU, las autoridades iraníes en 2020 ejecutaron al menos a cuatro personas condenadas por asesinatos cometidos siendo menores de edad.
«El Consejo superior de derechos humanos iraní insiste en la ‘indulgencia’ demostrada por la República islámica y su código penal respecto a los menores inculpados por delitos, y en los esfuerzos por parte de los magistrados para determinar si un asesinato fue intencional y si el menor en cuestión tiene la madurez como para discernir la naturaleza de su delito».
Pero, cuando es preguntado sobre las frecuentes acusaciones contra Irán de torturas o la negación al derecho a un juicio justo formuladas por la ONU, oenegés como Amnistía Internacional o las cancillerías de países occidentales, Tafrechi ve en esto sobre todo «propaganda» y afirma que todos los casos denunciados son debidamente investigados.
Hace referencia a Occidente y sus propias violaciones de los derechos humanos, ya sea en su opinión por «las sanciones bárbaras» impuestas por Estados Unidos a Irán, o las ventas de armas por parte de Francia y Gran Bretaña a las monarquías árabes del Golfo, culpándolo de tener discurso de doble rasero que sólo sirve a sus intereses.