‘Kitbull’, el corto de Pixar que no necesita palabras para concienciar sobre el maltrato animal
El País. Verne. El vídeo forma parte de ‘Sparkshots’, una serie de cortometrajes de Pixar estrenados directamente en internet
El cine y los dibujos animados han explotado durante décadas el cliché de los perros y gatos como enemigos. Pixar le ha dado la vuelta en su último corto: Kitbull, estrenado directamente en YouTube el 18 de febrero, cuenta la emotiva historia de la amistad entre un gato callejero y un perro de pelea. Ha sido un éxito: en menos de dos semanas ha superado los 18 millones de reproducciones.
Kitbull (juego de palabras entre kitten, gatito, y pitbull) comienza mostrando cómo un pequeño gato callejero huye por la ciudad hasta llegar a un montón de basura, dentro de un recinto vallado, que convierte en su nuevo hogar. Por la noche, unos humanos llevan también hasta allí a un perro de pelea. El can, sin embargo, se muestra amistoso con el gato. Este le bufa y huye.
La situación entre ambos animales comienza a cambiar una noche lluviosa, en la que el montón de desperdicios en el que vive el gato se derrumba y queda atrapado por el plástico de unas latas de refrescos. El pitbull, a pesar de estar malherido tras una pelea, le ayuda. A la mañana siguiente, el gatito finalmente se decide a visitar la guarida de su rescatador. Ambos se hacen amigos y logran escapar. Mientras juegan por la calle, una joven les encuentra y decide adoptarlos.
Este es el tercer cortometraje de Sparkshorts, una iniciativa de Pixar para que jóvenes talentos del cine de animación que exploren nuevas narrativas en formato corto. A pesar de ser el que menos tiempo lleva publicado (los anteriores dos anteriores, Smash & Grab y Purl, salieron el 11 y el 4 de febrero, respectivamente), Kitbull ya se ha convertido en el más visto en YouTube.
Además de mostrar el resultado final, Pixar también está lanzando vídeos dedicados a cómo se crearon estos cortos y quiénes son los jóvenes creadores que están detrás. Rosie Sullivan, directora de Kitbull, cuenta en estos making ofque la idea surgió viendo vídeos de gatos en internet. “Para ser completamente honesta, todo empezó con un vídeo de gatos”, explica. “Me encanta ver vídeos de gatos cuando esto estresada. Al principio, solo quería dibujar algo que me hiciese sentir bien y que fuese divertido, pero evolucionó hacia algo más personal con el tiempo”.
Parte del éxito del vídeo se debe a que muchas protectoras y activistas animalistas lo han compartido para concienciar sobre la importancia de la adopción y en rechazo al maltrato. Sin embargo, hay otro mensaje más escondido: la dificultad de entablar relaciones personales. El comportamiento del gato se basa en la experiencia de la propia autora: “Mientras crecía, siempre fui muy sensible y muy tímida, y sigo teniendo problemas haciendo amistades”, cuenta. “Me veo reflejada en el gatito, porque le cuesta salir de su zona de confort para mostrarse vulnerable y crear una conexión».