La batalla de Beatriz Manchón contra la discriminación de la mujer en el descenso del Sella llega al Supremo
Público.- La piragüista tricampeona del mundo lucha desde hace cuatro años por competir en igualdad de condiciones que los hombres en la conocida prueba internacional. El Alto Tribunal acaba de admitir a trámite su caso.
La sevillana Beatriz Manchón es titular de un expediente deportivo insuperable: cuatro Olimpiadas y nada menos que 16 medallas en Campeonatos del Mundo de Piragüismo, tres de ellas de oro. Retirada del deporte de alta competición en Asturias desde 2013, se topó tres años después con las normas «discriminatorias» del Descenso Internacional del Sella, una de las pruebas más importantes del mundo en esta especialidad.
Acompañada de Manuel Busto, diez veces campeón del mundo de piragüismo en la modalidad de maratón, se inscribió en 2016 en la categoría de K-2 sénior de embarcación mixta. Pero el Comité Organizador del Descenso del Sella les impidió participar en la sección principal, vetada a las mujeres, y los relegó a salir en puestos retrasados sin posibilidad alguna de disputar la victoria.
La prueba se inicia a ras de orilla y la posición en puestos de salida es crucial para optar al podio. Para ordenarlos hay una contrarreloj clasificatoria con carácter previo con el objeto de designar a los 20 primeros piragüistas, mientras que el resto arrancan por sorteo. Pero hay un serio escollo: a la prueba clasificatoria solo pueden concurrir hombres. Las mujeres están vetadas. Y tanto las embarcaciones femeninas como las mixtas deben comenzar el descenso del Sella a partir de la posición número 600.
Beatriz Manchón y Manuel Busto recibieron con estupor la negativa del Comité Organizador a su inscripción en la categoría absoluta. Son dos campeones del mundo, provistos de un historial deportivo intachable, y se sienten con capacidad sobrada para competir al máximo nivel en la prueba asturiana internacional. «Quiero que me midan por mi valor deportivo y competir con los mejores. No busco ventajas», razona la piragüista olímpica.
La Federación Española de Piragüismo modificó su normativa años atrás para permitir que las embarcaciones mixtas participen en la categoría masculina en competiciones de esta naturaleza. De hecho, Manchón y Busto ya han concurrido en varios descensos de ríos con resultados sobresalientes y en igualdad de condiciones que los hombres. Participaron en el descenso del Miño y del Duero, donde lograron posiciones entre los diez primeros.
«Nosotros, que quedamos los sextos en K-2 en una prueba del Campeonato de España, no podemos participar en el Sella y los que finalizaron séptimos sí pueden hacerlo por el simple hecho de ser hombres. No es lógico», protesta Beatriz Manchón. En 2018 llegaron a ganar la Lanzada Ocean Race, otra prueba internacional, y además en la categoría masculina.
Los organizadores del Sella no se sienten vinculados con la reglamentación igualitaria bajo el argumento de que la suya es una prueba internacional. Y la Federación de Piragüismo les ha terminado dando la razón. «El primer año que nos negaron la inscripción, se justificaron asegurando que no tenían tiempo para rectificar, pero en 2017 nos volvieron a vetar. Sus argumentos son incomprensibles. Nos llegaron a decir que las mujeres podían ocasionar salidas peligrosas», lamenta la más laureada piragüista del deporte español.
El litigio llegó a la Federación Española de Piragüismo en septiembre de 2017 y en diciembre de ese mismo año el Consejo Superior de Deportes (CSD) rechazó un recurso de alzada interpuesto por los demandantes. En sentencia del 25 de julio de 2019, la Audiencia Nacional volvió a respaldar las tesis del Comité Organizador del Sella con el argumento de que tanto la Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres y la directiva comunitaria de 2006 referida a la misma materia «no resultan de aplicación al caso» ya que no se trata del ejercicio de una profesión «sino de una prueba deportiva que no tiene carácter profesional». El fallo negó que existiera vulneración del artículo 14 de la Constitución española que garantiza la igualdad de género y argüía que los dos deportistas habían participado de forma voluntaria y, por tanto, aceptaron las bases.
El Tribunal Supremo, con todo, ha admitido a trámite el recurso presentado por los demandantes, pese a la formulación en contra de la Administración del Estado, que representa al CSD. En su auto de admisión, el Supremo asegura que analizará «si la directiva europea para el empleo es de aplicación a deportistas profesionales que participan en una competición deportiva no profesional».
Beatriz Manchón y Manuel Busto cuentan para su defensa con el prestigioso bufete de abogados Roca Junyent. «Mis defendidos quieren competir en igualdad de condiciones que el resto de participantes», sostiene el letrado Roberto Vallina, quien cree que la negativa del Comité Organizador vulnera derechos fundamentales de la Constitución española. Sobre ese supuesto presentará sus alegaciones, previsiblemente antes de fin de año.
La vía judicial no se detiene en el Alto Tribunal, en el caso de una sentencia desfavorable a los intereses de los deportistas. Aún quedaría la opción del Tribunal Constitucional e incluso del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), con sede en Estrasburgo, siempre y cuando los demandantes quisieran explorar esa posibilidad en el futuro.
Más allá de la defensa particular de los intereses de Manchón y Busto, una eventual sentencia favorable podría sentar un precedente inédito en el ámbito deportivo, según reconoce el propio Vallina. La Federación de Piragüismo no presentará alegaciones ante el TS, según indica en un mensaje enviado a Público atribuido al presidente de la comisión gestora. «La RFEP ya dejó clara su posición en las alegaciones en la demanda en el contencioso y la contestación formulada ante la Audiencia Nacional», agrega la nota.
El Consejo Superior de Deportes suscribió el 29 de enero de 2009 un Manifiesto por la igualdad y la participación de la mujer en el deporte. La Federación de Piragüismo se adhirió un día después en su deseo de que las «premisas de igualdad, participación y representación se cumplan en todas y cada una de las competiciones».