La brecha salarial empieza en casa: el 54% de las mujeres carga con la mayoría de las tareas
El Periódico.- Gran parte de la brecha salarial entre hombres y mujeres reside en los fogones de las cocinas, en los calcetines por lavar y tender, en las tazas del váter por limpiar, en las listas de la compra que tachar y en los niños o los abuelos que cuidar. Si la mitad de las diferencias de remuneración entre géneros se explican por la falta de horas disponibles para trabajar, la otra cada de esa moneda son las responsabilidades en el hogar que asume cada uno. El 54% de las mujeres trabajadoras carga con la mitad o más de los quehaceres de la casa, mientras que un 45% de trabajadores varones reconoce hacer menos de la mitad, casi nada o directamente nada en casa, tal como constata la encuesta de calidad y condiciones de trabajo publicada esta semana por el Observatori del Treball i el Model Productiu de la Generalitat.
El reciente estudio del Observatori es uno de los más completos sobre las condiciones laborales en Catalunya, se basa en datos del 2019 recopilados sobre una muestra de 3.000 trabajadores. Entre sus 181 páginas de documento analiza los riesgos psicosociales por sectores de actividad, la exigencia e intensidad en el trabajo o los márgenes para la conciliación. Y uno de sus apartados está específicamente destinado a la distribución de las tareas del hogar, un campo no siempre cubierto por los estudios laborales. Aquí la fotografía es clara: la equidad no es la tónica dominante y es más frecuente que impere el ellos ‘ayudan en casa’ y ellas ‘se encargan de estas cosas’.
Las mujeres destinan una media de 22,8 horas semanales a atender las tareas domésticas, frente a las 15,4 horas que declaran los hombres. Es decir, la brecha de los cuidados es del 32%. Una diferencia en el uso y disponibilidad del tiempo que tiene una traslación directa en las posibilidades laborales. Varios son los estudios que han señalado en esa dirección, como el del Banco de España, que demuestra que las mujeres pierden el 11,2% de su sueldo tras tener un hijo, mientras que los padres solo el 0,15%. Un agravio que arrastran hasta 10 años después de la maternidad.
En este sentido, los datos del estudio de la Generalitat muestran los hombres perciben la paternidad como un riesgo mucho menor para sus carreras profesionales. Pues mientras el 22,5% de los trabajadores considera que ser padres les afectaría negativamente a sus trayectorias; dicha proporción que casi se dobla (42,5%) entre las mujeres. Lo que tiene un efecto directo en los índices de natalidad y explica el descenso reciente de la misma.
«Los países nórdicos y Estados Unidos han conseguido relanzar sus tasas de natalidad. Los primeros porque tienen un sector público fuerte, que les da unas condiciones laborales estables, y los segundos porque con una tasa de paro de cerca del 5% es relativamente fácil volver a entrar al mercado después de tener hijos», explica la catedrática de la UB Ció Patxot. «Aquí no tenemos ni lo uno ni lo otro», añade.
Otros análisis, como el más reciente de CCOO, ponen el foco en el tiempo disponible para trabajar y atribuyen la mitad de la brecha salarial a la elevada parcialidad entre las mujeres, frente a una proporción mucho menor entre los hombres. El estudio del Observatori también corrobora esa ‘losa’ de la parcialidad sobre las mujeres, especialmente porque esta está más vinculada a responsabilidades familiares que no a ambiciones personales.
Para empezar que hay tres veces más mujeres a tiempo parcial (23,7%) que hombres (8,6%). Y si bien entre ambos géneros la explicación más frecuente es que no están a tiempo completo porque no pueden (40%), el resto denota un sesgo de género marcado. Los hombres que quieren estar a tiempo parcial ven en este formato reducido -de horas e ingresos- una posibilidad para estudiar o formarse o una manera de tener más tiempo para ellos. Mientras que las trabajadoras encuestadas señalan que su motivación principal es para cuidar a sus hijos o familiares.