La depresión será en 2030 la primera causa de discapacidad en jóvenes y adultos
Los trastornos mentales como la depresión afectan a 1 de cada 4 españoles. Son enfermedades graves que requieren control constante de los profesionales sanitarios, pero están muy infravaloradas por la sociedad. El Bisturí ha hablado con Ivan Eguzquiza, vocal del colegio oficial de psicólogos de Castilla-La Mancha y con Jose Ramón Pages Lluyot, coordinador de la Fundación ANAED (Asistencia Nacional para la Ayuda al Enfermo de Depresión), para conocer desde le punto profesional y de los pacientes cómo se vive esta enfermedad
Ivan Eguzquiza, psicólogo y vocal del Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla-La Mancha, explica cuál es la situación de esta enfermedad en España y sus principales características.
“Una de cada veinte personas en España sufre una depresión y es el cuarto país europeo con mayor índice de esta enfermedad”, indica el psicólogo.
Las causas de este trastorno son múltiples. Puede darse por factores médicos o neurológicos, crisis vitales, dificultades de adaptación a los cambios en edades críticas (los adolescentes, por ejemplo) o por mecanismos de afrontamiento que determinadas personas no han aprendido en la infancia.
¿Hay un perfil de paciente?
Actualmente, cada vez son más los adolescentes que sufren depresión. “Esto es algo especialmente preocupante porque tienen que enfrentarse a una situación de vida que incluye situaciones especiales para ellos donde experimentan muchos sentimientos de estrés o cambios en su cuerpo”, indica. Es una edad en la que también la presión social y la necesidad de ser aceptados juegan un papel importante.
“Especialmente le hace daño a personas que viven abuso sexual o físico, además de tantos adolescentes que tienen que enfrentar procesos de conflictos familiares que sienten mucho, pero en los que tienen poca capacidad de reacción”, especifica.
Hay personas que son más vulnerables a padecer depresión por su forma de afrontar los problemas o por su sistema de valores y creencias, pero todos podemos padecerla. Alrededor de un 15 por ciento de la población sufrirá una depresión a lo largo de su vida, según este experto.
Otro sector de la población especialmente afectado por la depresión es la tercera edad. La soledad y los dolores crónicos son los dos principales indicadores de suicidio en la vejez.
¿Qué hacemos mal?
En el peor de los casos la depresión desemboca en suicidio. Esta es la segunda causa de muerte de jóvenes en el mundo y la primera en España por factores externos.
“Estamos haciendo mal unas cuantas cosas como no hablar de ello. Tradicionalmente ha sido un tema tabú en los medios de comunicación bajo el dogma de que si se hablaba de ello facilitábamos el suicidio porque lo normalizábamos, pero tendríamos que preguntarnos si no deberíamos hablar de ello para tomar una mayor conciencia”, reflexiona Eguzquiza.
Es imprescindible que las personas que están pensando en quitarse la vida o están pasando por momentos difíciles sepan que tienen recursos, que no van a ser juzgadas y que tienen a expertos a su disposición para ayudarlos.
Para ello, Ivan Eguzquiza propone crear un teléfono de ayuda a personas que sufran depresión, mejorar la formación de los profesionales y desmitificar teorías erróneas sobre la enfermedad.
Antidepresivos
La toma de antidepresivos ha aumentado un 15 % desde 2012, situando a España como la décima potencia en el mundo por delante de Noruega o Alemania.
“Los antidepresivos por supuesto que ayudan y son un complemento ideal a la terapia, pero muchas veces optamos por una sobremedicalización”, advierte el psicólogo.
En muchas ocasiones ante un problema recurrimos a algo rápido, químico y fácil como un medicamento. Esto provoca que no seamos capaces de adquirir herramientas propias para hacer frente a los contratiempos, aguantar épocas de estrés o aprender de las dificultades.
Tenemos que plantearnos si antes de recurrir a cualquier elemento químico tenemos que aprender a trabajar mejor nuestros propios recursos.
La OMS advierte que la depresión puede convertirse en un problema de salud serio teniendo en cuenta que estamos hablando ya de depresión de larga duración.
“Se trata de una depresión tremendamente invalidante; no vas a conseguir nunca salir del círculo en el que estás”, explica. Una dolencia de este tipo perjudica también a las personas de alrededor, amigos y pareja, afectando a su estado de ánimo y provocando niveles altos de estrés a los hijos.
Las consecuencias son muchas. Una persona con este trastorno está incapacitado para tener una vida autónoma, tener un trabajo y llevar una vida personal y profesional apropiada.
Frente a la depresión, la información y la concienciación son dos armas fundamentales para no juzgar erróneamente a los que padecen esta patología.
Existe un descontento generalizado entre los pacientes de depresión por la escasez de psicólogos en la sanidad pública lo que impide un seguimiento completo de la enfermedad.
Voz para pacientes
Jose Ramón Pages Lluyot, coordinador de la Fundación ANAED (Asistencia Nacional para la Ayuda al Enfermo de Depresión), explica que el principal reto de la Fundación es que se normalice y la sociedad deje de frivolizar sobre padecer una enfermedad tan grave como la depresión. Si nadie se refiere a un cáncer como “cancercito”, el experto se pregunta por qué se le resta importancia hablando de “depre”.
“La depresión es una enfermedad que tiene unos síntomas y un diagnóstico. Pero la gente frivoliza mucho o lo ocultan”, comenta el coordinador de ANAED.
La información es la mejor arma de lucha contra la falta de conocimiento. La Fundación utiliza su página web como una plataforma en la que los enfermos pueden disponer de todos los recursos posibles (expertos o voces cercanas a la enfermedad) para enfrentar la patología. Es importante que la depresión se conozca.
“Si consiguiéramos igual que se ha visibilizado el cáncer de mama o el que tenemos que hacernos determinados análisis los hombres para otros tipos de cánceres, ¿por qué no podemos hablar de la depresión cuando en este momento son casi dos millones y medio de personas los que lo padecen en España?”, reflexiona.
Los trastornos mentales provocan miedo o cierto rechazo en la sociedad.
Siempre tenemos miedo a lo desconocido. Cuando conocemos un problema, conocemos la dimensión que puede llegar a tener y hasta dónde puede llegar ya no tenemos miedo”, indica haciendo referencia a la enorme importancia de estar informado.
Una de cada cuatro personas en nuestra sociedad ha padecido o va padecer un problema de salud mental. Ante esta situación, Pages Lluyot, destaca la necesidad de campañas de concienciación.
Las muertes por suicidios casi triplican las muertes de tráfico y es en este momento la primera causa de discapacidad en la mujer y en 2030 (según la OMS) será la primera causa en jóvenes y adultos.