La Guardia Civil prevé un aumento de violencia y enfrentamientos entre bandas juveniles en Madrid
Levante.- Detectan una posible asociación entre Trinitarios y otros grupos de pandilleros para luchar contra los Dominican Don’t Play
La Guardia Civil augura un «recrudecimiento» de la violencia entre bandas juveniles en la Comunidad de Madrid durante los próximos meses, según ha podido saber CASO ABIERTO, el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica. Las fuentes consultadas por este medio prevén un «mayor número de enfrentamientos» entre pandilleros y esperan «ataques más violentos», sobre todo entre los dos grupos principales que compiten por los barrios del sur y el este de la capital y por algunas localidades madrileñas: los Dominican Don’t Play (DDP) y los Trinitarios.
«La tendencia ya ha confirmado un incremento significativo de violencia por parte de estas bandas en Madrid y Barcelona», explican fuentes policiales. Una de las razones para explicar este fenómeno es la «proliferación, en grandes núcleos urbanos, de bandas como los Bloods o los Black Panther (también llamados Panteras)», y el surgimiento de otros «grupúsculos» nacidos al calor de los cuatro históricos: Latin King, Ñetas, DDP y Trinitarios.
‘La Familia’, una OTAN contra DDP
En torno a esas otras bandas, más minoritarias, pero que cuentan con el apoyo o la anexión de una de las dos grandes, DDP o Trinitarios, los investigadores han detectado recientemente un fenómeno que «podría elevar el riesgo» de que se produzcan más incidentes violentos: los ‘Trinis’ llevan años intentando desbancar a los DDP, conocidos como ‘Pencos’ y, pese a sus esfuerzos, sigue siendo la banda más numerosa en Madrid. Por eso, algunos de sus líderes están promoviendo «uniones o pactos» con otros grupos afines, como los Bloods, únicamente para luchar de forma conjunta contra los DDP, es decir, los Trinitarios se sirven de bandas más pequeñas para tratar de imponerse.
«Es como una especie de OTAN entre bandas juveniles, pero con una única misión común: hacer la guerra a los DDP desde la idea de que la unión hace la fuerza«, explica a CASO ABIERTO un investigador. Esta asociación entre pandilleros es nueva en Madrid, pero no en Cataluña. De hecho, ‘La Familia’, como se hacen llamar, nació allí para acabar con los Latin King.
De Barcelona a Madrid
En Barcelona, Trinitarios, Bloods, Pantera, Forty Two y Barrio 18 (esta última considerada una escisión española, menos cruenta, de la banda de origen salvadoreño la Mara Salvatrucha) se juntaron hace años para frenar a los que en ese momento consideraban sus enemigos comunes.
Actualmente «‘La Familia’ está debilitada en la capital catalana, pero los líderes de algunos grupos están estudiando la posibilidad de extrapolar esta unión a Madrid para atacar a los DDP«, advierten las mismas fuentes. Sin embargo, en la comunidad madrileña, ‘la Familia’ «no está completamente unida ni es tan numerosa»: de hecho, actualmente «no hay constancia de que exista Barrio 18 en Madrid, con lo que no formaría parte de ese bloque».
Sangre sucia y sangre limpia
Por otro lado, el surgimiento de escisiones dentro de los Bloods después que la Guardia Civil detuviera en octubre a trece de sus integrantes, incluidos los jefes de la banda a nivel nacional, en el marco de la ‘operación Laya’, ha disparado la tensión interna y ha modificado la organización de la banda.
«Tras quedarse sin el suprema (el líder), se han creado dos facciones de Bloods que no se reconocen ni aceptan entre sí, tienen distinta jerarquía, se reportan con jefes distintos y los miembros del grupo más veterano consideran a los del otro ‘sangre sucia‘». La Guardia Civil teme que esta división puede acabar con un enfrentamiento abierto entre pandilleros de la misma banda.
Más jóvenes y radicalizados
Los investigadores también están detectando un «crecimiento más rápido y sostenido en el tiempo» en el número de jóvenes que se unen a bandas. Además, se ha modificado sustancialmente el perfil del pandillero, ahora es «más joven y está más radicalizado»: no hay cifras oficiales, pero en los últimos meses, «en torno a la mitad de los miembros detenidos por cometer actos criminales empleando machetes, destornilladores, martillos y otras armas blancas son menores de edad o acaban de cumplir los dieciocho años».
Esta semana, la Policía Nacional ha detenido a siete trinitarios por el asesinato, el pasado 27 de abril en Villaverde (Madrid), de un joven de 18 años miembro de los Dominican Don’t Play, todos son menores de edad.
Sangrientos e indiscriminados
La presencia de pandilleros «inexpertos» en las filas de todas las bandas juveniles provocan «ataques más sangrientos e indiscriminados». Se trata de «chavales que se ven atraídos por la idea de pertenecer a un grupo, la protección que les da la banda y las oportunidades para acceder a alcohol, otras drogas y a sexo con chicas afines al grupo», es decir, «no tienen las mismas motivaciones que los supremas de la banda, ni siquiera respetan sus propios códigos y esto hace que sus acciones delictivas sean más impredecibles«. En definitiva, suelen perpetrar ataques haciendo uso de mayor violencia y más gratuita.
La delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Mercedes González, ya advirtió en febrero de que venían detectando, desde finales del año pasado, una «escalada delincuencial entre bandas violentas» y puso en marcha un plan especial para luchar contra ellas. Este miércoles, González informó sobre los frutos que ya ha dado el operativo. Desde el 10 de febrero, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han detenido a 438 pandilleros, han identificado a 45.406 y se han incautado de 298 armas.