La juez ve indicios de acoso escolar a la menor que se suicidó en Murcia

Fuente: El País
Fecha: 20/02/2017

En la primera viñeta aparece tranquila. “Era una niña muy feliz”, escribió Lucía. En la siguiente reflejó las risas de mofa. Y los insultos: “¡Feas, gordas, tontas!”. Los padres de esta adolescente de 13 años encontraron el cómic en su habitación de la casa de Murcia después de que se suicidara el 10 de enero. Una juez ve indicios de acoso escolar, como ya denunció la familia. Y pide a su instituto que aporte la documentación original del protocolo que se siguió en el caso.

En una hoja, sin fecha y con muñecos esquemáticos, aparecen de su puño y letra todos los fantasmas que rodearon los últimos meses de vida de la joven Lucía García Menárguez, la estudiante brillante y reservada que siempre vestía de oscuro. Los “monstruos” que la perseguían, esos que ella contó a su familia que “la insultaban, le pegaban, le daban puñetazos, le clavaban lápices, en el autobús no querían sentarse con ella”, según explicaron a este periódico sus padres en el salón de su humilde vivienda de la pedanía murciana de Aljucer al día siguiente de su entierro.

En una hoja, sin fecha y con muñecos esquemáticos, aparecen de su puño y letra todos los fantasmas que rodearon los últimos meses de vida de la joven Lucía García Menárguez, la estudiante brillante y reservada que siempre vestía de oscuro. Los “monstruos” que la perseguían, esos que ella contó a su familia que “la insultaban, le pegaban, le daban puñetazos, le clavaban lápices, en el autobús no querían sentarse con ella”, según explicaron a este periódico sus padres en el salón de su humilde vivienda de la pedanía murciana de Aljucer al día siguiente de su entierro.

El Grupo de Menores (GRUME) de la Policía Nacional inició una investigación el día de la muerte. Tras un mes, se ha tomado declaración a 36 personas (20 adultos y 16 menores). Entre otros, a exprofesores y al equipo directivo del instituto en el que supuestamente sufrió el acoso, docentes del centro al que fue trasladada (el IES Licenciado Francisco Cascales, situado en el centro de Murcia), a sus amigas; a los supuestos agresores de la chica; a su madre, María Peligros Menárguez, y a su padre adoptivo, Joaquín García.

En la hoja del cómic, que la policía ha pedido incluir en la causa y que fue publicada en un reportaje sobre el caso de la revista Interviù, aparecen también dibujados el temor y la vergüenza por su cuerpo (“64 kilos, ¿ves? ¡Gorda!”, escribe en el folio junto al dibujo de una chica subida en el peso del baño). Su madre descubrió que iba acumulando los bocadillos de la merienda en la mochila escolar sin llegar a comérselos. En el cómic aparece un plato de comida tachado y la protagonista vomitando en el váter. Lucía estaba en un grupo de terapia con otros adolescentes por un intento previo de suicidio.

María Peligros, de 56 años, aún no ha vuelto a trabajar en el centro comercial en el que está empleada. Su marido, de 52 años, dobla turnos en su puesto de administrativo.

El Juzgado de Instrucción 9 de Murcia ha decidido reabrir el caso tras el sobreseimiento provisional que decidió el día de la muerte de la menor. En el nuevo auto, fechado el 8 de febrero, subraya que la investigación policial busca determinar si “se realizaron completamente los protocolos que, establecidos normativamente por la Consejería de Educación, han de llevar a cabo los centros educativos sostenidos con fondos públicos”. La juez destaca que el instituto de Patiño, del que salió Lucía casi con el curso acabado, entregó documentos a la policía sobre la actuación que se abrió tras la denuncia de la familia en los que “no consta ni la fecha”. Asimismo, le reclama otros papeles, como el informe de medidas aplicadas a uno de los dos alumnos expedientados, un joven “de conducta muy disruptiva” criado por sus tíos y del que el padre acaba de recuperar la custodia tras salir de la cárcel, según los documentos aportados por el instituto a la causa.

La jueza solicita también al centro la “documentación original” del protocolo iniciado para hacer el seguimiento de este asunto, que la policía ya pidió al instituto, además de la agenda de las orientadoras con anotaciones sobre el caso. La Consejería de Educación de la Comunidad de Murcia pidió a la inspección educativa que abriera una información reservada para conocer qué hicieron los diferentes centros educativos por los que pasó la menor para protegerla. La juez también ha solicitado esa documentación.

A Lucía le gustaban los cómics y el manga. En el relato gráfico que dibujó en la hoja de un cuaderno, separado en viñetas, la protagonista de papel acaba cayendo de espaldas por un abismo. La Lucía de carne y hueso cayó también en uno que la empujó al suicidio tras las últimas vacaciones de Navidad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *