La liga inglesa propone reducir el número de extranjeros por el Brexit

La Vanguardia. La Federación quiere que en cada plantilla de 25 futbolistas haya mayoría de jugadores británicos

En el Arsenal-Wolverhampton del pasado domingo en la Premier sólo jugaron cinco futbolistas británicos. Cinco entre los 28 que saltaron al campo en el Emirates Stadium. Por los gunners estuvieron el inglés Holding y el galés Ramsey. En los wolves participaron los ingleses Coady, Bennett y de refresco Gibbs-White. El mismo día, Sarri, técnico del Chelsea, sólo utilizó a uno en todo el partido, Ross Barkley, que para más inri fue suplente y apenas jugó los últimos ocho minutos del encuentro.

Esa proliferación de nacionalidades en la Premier está cerca de acabar con el Brexit. Hace tiempo que la FA está trabajando en cómo adaptar las normativas de la liga inglesa a la salida del Reino Unido de la Unión Europea, aprobada en referéndum el 23 de junio del 2016. Y este fin de semana la Federación Inglesa presentará una propuesta a los 20 clubs con la que espera por un lado mantener el poderío económico de la competición y que sus equipos puedan seguir fichando talentos foráneos y, por otro, que la popularidad de la Premier, la liga más rica del mundo, no se vea afectada.

La salida del Reino Unido de la UE implicará que los futbolistas ­comunitarios pasen a ser extranjeros en la Premier. La sentencia Bosman, en vigor desde 1995, ha permitido a la liga inglesa abrirse al continente, recibir influencias de otros estilos futbolísticos y concentrar a muchos de los mejores jugadores del planeta. La FA ha ideado un plan para que esa evolución no sufra una involución a partir de final del 2020, que es cuando acabará el periodo de transición acordado entre Bruselas y Downing Street.

En el Arsenal-Wolverhampton del pasado domingo en la Premier sólo jugaron cinco futbolistas británicos. Cinco entre los 28 que saltaron al campo en el Emirates Stadium. Por los gunners estuvieron el inglés Holding y el galés Ramsey. En los wolves participaron los ingleses Coady, Bennett y de refresco Gibbs-White. El mismo día, Sarri, técnico del Chelsea, sólo utilizó a uno en todo el partido, Ross Barkley, que para más inri fue suplente y apenas jugó los últimos ocho minutos del encuentro.

Esa proliferación de nacionalidades en la Premier está cerca de acabar con el Brexit. Hace tiempo que la FA está trabajando en cómo adaptar las normativas de la liga inglesa a la salida del Reino Unido de la Unión Europea, aprobada en referéndum el 23 de junio del 2016. Y este fin de semana la Federación Inglesa presentará una propuesta a los 20 clubs con la que espera por un lado mantener el poderío económico de la competición y que sus equipos puedan seguir fichando talentos foráneos y, por otro, que la popularidad de la Premier, la liga más rica del mundo, no se vea afectada.

 

 

La salida del Reino Unido de la UE implicará que los futbolistas ­comunitarios pasen a ser extranjeros en la Premier. La sentencia Bosman, en vigor desde 1995, ha permitido a la liga inglesa abrirse al continente, recibir influencias de otros estilos futbolísticos y concentrar a muchos de los mejores jugadores del planeta. La FA ha ideado un plan para que esa evolución no sufra una involución a partir de final del 2020, que es cuando acabará el periodo de transición acordado entre Bruselas y Downing Street.

Ahora el cupo es de 17

Actualmente los seis grandes (City, Liverpool, Chelsea, United, Tottenham y Arsenal) superan ese límite

 La propuesta de la FA consiste en reducir el número de extranjeros en los equipos de 17, el tope actual, a 12. Con ello, la Federación inglesa se aseguraría que en cada vestuario habría mayoría de futbolistas británicos ya que se permiten 25 plazas profesionales. Actualmente hay 272 jugadores extranjeros en la Premier League.

Como contrapartida, la FA ofrece un aval para que todos los fichajes que hagan los equipos obtengan inmediatamente el permiso de trabajo, sin tener que someterse a la ­evaluación que deben superar ahora las adquisiciones extracomunitarias para poder tener luz verde y jugar en el torneo. Unos requisitos, a veces estrictos, basados en el número de internacionalidades del futbolista, el ranking FIFA de su selección, el precio pagado o el sueldo acordado, que han frustrado varios traspasos.

Eso quiere decir que ahora mismo, cuando faltan dos años para la fecha límite, 14 de los 20 equipos de la Premier estarían incumpliendo la norma. Algunos como el Manchester City de Guardiola y el Tottenham de Pochettino deberían descartar a cinco extranjeros ya que ambos están en el límite del cupo actual de 17. El Liverpool y el Chelsea están en 16 no británicos mientras que el United de Mourinho sobrepasaría el límite únicamente por dos extranjeros.

En el extremo opuesto se encuentra el Bournemouth, que el pasado sábado sólo alineó a tres de los cinco futbolistas no británicos con los que cuenta en su plantilla: el portero bosnio Begovic, el defensa holandés Aké y el centrocampista colombiano Jonathan Lerma, ex del Levante. Al club cherrie es al que menos le costaría adaptarse. Además de ellos, sólo Burnley (6), ­Cardiff (7), Everton (10), Southampton (11) y el Crystal Palace (12) tendrían plantillas reglamentarias.

En caso de no llegar a un pacto entre Premier y FA, los clubs se arriesgan a un escenario de pesadilla, una especie de limbo en el que todos los jugadores de la UE deberían cumplir los mismos requisitos que los no europeos para poder alinearse en la competición. En el torneo inglés militan 31 futbolistas españoles (6 de ellos en el Chelsea) y sólo Bournemouth, Everton, Burnley y Huddersfield no cuentan con ninguno en sus filas.

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