La literatura del Holocausto: contra el plan criminal de los nazis

ABC.- 75 años después de la liberación de Auschwitz siguen siendo imprescindibles las memorias de quienes sobrevivieron a aquella barbarie y los ensayos históricos que aportan nuevos datos.

«Somos homo sapiens pos-Auschwitz», escribió en una ocasión George Steiner. Cualquier pensamiento, actuación, revisión histórica, de hombres y mujeres civilizados europeos tendrá que convivir continuamente con esa realidad que fue posible, como decía Primo Levi, de forma mucho más sencilla de lo que se cree. «La doctrina de la que nacieron los campos era muy simple, y por eso precisamente muy peligrosa -escribió Levi-: todo extranjero es un enemigo, y todo enemigo debe ser eliminado; y es extranjero todo aquel que se perciba como distinto, por su idioma, religión, apariencia, costumbres e ideas».

En su magnífico libro de memorias Una vida (Clave Intelectual, 2011) la política francesa Simone Veil, primera mujer de la Historia en presidir el Parlamento Europeo, deportada a Auschwitz a los 16 años junto a toda su familia, relató una terrible anécdota de incomprensión, de las muchas que tuvieron que soportar los que volvían de los campos de exterminio. Veil y sus dos hermanas Milou y Denise (una resistente que fue deportada a Ravensbrück, un campo de concentración de mujeres), fueron los únicos supervivientes de su familia. Un día, cuando su hermana mayor, al regreso a Niza, se encuentra con una antigua conocida, ésta le dice: «¡Espero que por lo menos la deportación haya hecho madurar a Simone!». Un comentario, propio de tiempos de paz, de alguien que ha sido enviado a un campamento de verano. Simone Veil se preguntaría con tristeza: «Esta amiga no podía ignorar lo que habíamos vivido allí. ¿Puede ser que quisiera, como tantos otros aquellos días, negar la realidad porque esta se le hacía insoportable?».

Falsos mitos

Pasados los años, con los cientos de libros publicados en todos los países, y con los cientos de excelentes documentales y películas rodadas en torno al Holocausto, cabe el riesgo de creerse que «se sabe todo». En esta segunda fase (después de los años de impacto y de los primeros acercamientos traumáticos) muchas obras actuales, ya sean ensayos o de ficción, giran en torno a profundizar en las razones del Mal. En muchas de ellas el enfoque es desde un punto de vista filosófico: Modernidad y Holocausto, Maldad líquida, de Zygmunt Bauman (Paidós); Lo que queda de AuschwitzGiorgio Agamben (Pre-Textos); o Auschwitz. Actualidad moral y política, El tiempo, tribunal de la historia, Reyes Mate (Trotta), que se unen a clásicos imprescindibles como Más allá de la culpa y la expiación (Pre-Textos) del sobreviviente de Auschwitz, más tarde suicida, Jean Améry.

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