La muerte de Mbaye y Lavapies: ¡No vale todo!
Es ilegítimo, inmoral y en algún caso ilegal, la falsa información irresponsable que vinculan como causa directa del fallecimiento la persecución de manteros por agentes de la Policía Municipal; evidenciándose su falsedad y tendenciosidad, alentaron el odio y el conflicto institucional; informaciones que después de la muerte del Sr. Mbaye realizaron determinados referentes de ONGs, dirigentes políticos y algún cargo del Ayuntamiento contribuyendo a la generación de un clima de confrontación e intolerancia, en el que emergieron disturbios violentos realizados por grupos extremistas y algunos inmigrantes de origen africano.
Se debe condenar de forma tajante la violencia y a sus protagonistas: a los encapuchados que para esa acción ocultan su rostro, a los senegaleses que arrastraron, incluido el ataque a su cónsul por indignados que estuvieran, sin olvidar al policía que realizó la agresión gratuita a un senegalés en uso ilícito de la fuerza. Así mismo, es de humanidad solidarizarse con todos los heridos, inmigrantes, vecinos y policías, de esos sucesos y con afectados por daños materiales en casas, establecimientos y vehículos entre otros destrozos de mobiliario urbano, responsabilizando de los mismos a quienes ejercieron violencia, a grupos organizados y a todos los que participando evidenciaron su conducta a través de los hechos y que los procedimientos judiciales deberán aclarar responsabilidades efectivas.
Se debe significar la tardanza del Gobierno del Ayuntamiento de Madrid en la interpretación y la difusión de la verdad de los hechos y la ausencia de llamamiento inmediato a finalizar enfrentamientos, reacción que tardó 22 horas, hasta la rueda de prensa, tras ser arrasado el barrio, en una clara irresponsabilidad omisiva. También se debe condenar la campaña de criminalización de la policía realizada por diferentes actores y los discursos xenófobos emitidos por grupos racistas que inundaron redes sociales con graves consecuencias para los inmigrantes y para los que defendemos abierta, públicamente, sin capuchas, a los inmigrantes.
Y ahora toca redoblar esfuerzo, rechazar la violencia, la intolerancia racista y xenófoba, la ruptura de cohesión social que alimentan quienes proponen identidades enfrentadas e invitar a la gente de bien a fomentar en profundidad la convivencia y la tolerancia, así como a resolver los problemas sociales en el marco del dialogo y del principio constitucional de legalidad democrática. Este es un ejemplo desgraciado de quiebra ética que nos muestra que: ¡No vale todo!
Esteban Ibarra
Presidente de Movimiento contra la Intolerancia