La NBA castiga a las estrellas por mensajes de odio
El País.- La Liga multa con 50.000 dólares a Kevin Durant por frases homófobas y a Meyers Leonard por un insulto antisemita
El fulgor de Kevin Durant como estrella del baloncesto mundial ha quedado de repente eclipsado por los comentarios homófobos que empleó en un rifirrafe en las redes sociales con el actor Michael Rapaport. Las frases de marras —”todo lo que haces es mamarla para que otros hombres te presten atención”; “te juro que te escupiré a la cara cuando vea tu sucio culo”, entre otras lindezas— le han valido una multa de 50.000 dólares (unos 42.500 euros), simple calderilla para un jugador que esta temporada cobrará 33 millones de euros. Pero el perjuicio de la multa impuesta por la NBA resulta incalculable para la imagen de Durant.
KD, como se le conoce, se apresuró a pedir perdón. “Lamento que la gente haya visto el lenguaje que utilicé. No es lo que quiero que la gente vea y escuche de mí, pero espero poder superarlo y volver a salir a la pista”, dijo el ala-pívot, de 32 años, quien no juega desde febrero por una lesión.
También Rapaport, de 51 años, que compartió con sus 2,2 millones de seguidores en Instagram los mensajes insultantes de Durant y participó después en un debate al respecto en la cadena ESPN Radio, ha lamentado el desenlace: “Me siento mal por eso, por mi participación en la situación, por haber llegado tan lejos. Lo conocí una vez. Fue genial, cordial. Soy un fan”.
La NBA no tolera bajo ningún concepto comentarios racistas, homófobos o antisemitas. Hace tres semanas, multó a otro jugador, Meyers Leonard, de Miami Heat, también con 50.000 dólares, el máximo permitido por el reglamento disciplinario, además de suspenderle durante una semana para entrenarse o utilizar las instalaciones del equipo. La polémica surgió en este caso durante la retransmisión de una partida de videojuego en directo por Twitch. El pívot, de 29 años y que no juega desde diciembre a causa de una lesión, perdió los nervios en un momento y exclamó: “¡Putos cobardes! No me dispares jodido kike [palabra despectiva en referencia a los judíos]”.
Tolerancia cero
Adam Silver, el comisionado de la NBA, recalcó: “El comentario de Meyers Leonard no tiene justificación y semejante frase repudiable no tiene cabida en la NBA o en nuestra sociedad”. El jugador se disculpó y dijo que ignoraba el significado antisemita de la palabra kike. Silver añadió un aviso para navegantes: “Le hemos comunicado a Meyers que comentarios insultantes como este no serán tolerados y que de él se espera que de ahora en adelante responda a los valores principales de nuestra liga: igualdad, tolerancia, inclusión y respeto”.
La NBA ha multado a muchos jugadores por comentarios o gestos inapropiados, aunque la mayoría se producían en el contexto de los partidos. El propio Durant fue multado con 25.000 dólares en 2018, cuando jugaba con Golden State, por gritarle a un espectador: “Dedícate a ver el puto partido y cállate la boca”.
Jokic, Marc Gasol y Mark Cuban
Nikola Jokic, pívot de Denver Nuggets, fue multado con igual cantidad aquel mismo año por un comentario homófobo en alusión a Wendell Carter, jugador de Chicago Bulls. Marc Gasol tuvo que pagar una sanción de 15.000 dólares en diciembre de 2017 cuando su equipo de entonces, Memphis, rompió una racha de 11 derrotas ante Minnesota, y en la entrevista pospartido soltó: “Hemos ganado, así que se jodan”. Joel Embiid pagó en julio de 2017 una sanción de 15.000 dólares por escribir en Instagram Live “que te jodan LaVar Ball”, en referencia al padre de los jugadores Lonzo, LaMello y LiAngelo. Dwight Howard, Dwyane Wade, Kyrie Irving o Russell Westbrook también han abonado multas por comentarios o gestos despectivos hacia el público o los rivales.
Ni los entrenadores ni los propietarios de las franquicias se escapan de las sanciones. Mark Cuban, el multimillonario dueño de los Dallas Mavericks, se lleva la palma. La sanción más cuantiosa, de diez millones de dólares, le fue impuesta en 2018 como responsable de permitir un entorno de trabajo hostil para las mujeres. La NBA no perdona ni en la cancha ni en las redes sociales.