La radio hecha sólo por mujeres en uno de los países más pobres del mundo donde persiste la ablación
Público.- Una emisora gestionada por una quincena de asociaciones de mujeres de Guinea Bissau, y promovida por la ONG sevillana Periodistas Solidarios, combate la desigualdad de género en una región donde sigue muy extendida la práctica de la mutilación genital femenina.
Un grupo de mujeres se han hecho fuertes entre una jungla de hombres, de desigualdad endémica y pobreza extrema. Son las integrantes de Radio Mujer de Bafatá (la segunda ciudad de Guinea Bissau), que han dado voz a la parte más castigada de un país situado, según la ONU, entre las doce naciones con menor índice de desarrollo humano del mundo, donde el Código Civil impide que las mujeres puedan iniciar una actividad comercial sin el consentimiento del marido. La ONG Periodistas Solidarios de la Asociación de la Prensa de Sevilla les dio las herramientas hace dos años y ellas han continuado el proyecto, que ya es una referencia en este rincón de África occidental.
Radio Mujer forma parte del programa Laovo Cande de ayuda a la cooperación al desarrollo que lleva el nombre de un joven muerto de sed y hambre durante la larga travesía de un cayuco hasta las costas de Canarias en el verano de 2006. El periodista sevillano José Bejarano siguió el rastro de ese migrante, cuyo cuerpo no pudo ser encontrado, hasta llegar a su aldea de origen, Candemba-Uri, a 12 kilómetros de Bafatá, donde se topó con la cruda realidad que lo mismo empujaba a cientos de jóvenes a jugarse la vida para llegar a Europa, que formaba de pronto una cola de gente esperando a que un periodista terminase de curar las heridas de una niña con un botiquín de mano para recibir la atención médica que no podían pagar en un hospital.
«La radio nos da fuerza»
Lolita Aminate es, con 31 años, su actual directora. Antes colaboraba con una ONG sobre temas de salud y enfermedades de transmisión sexual. Y le encanta ser periodista, contar los problemas de la gente, las dificultades que pasan para comprar los productos que cada vez están más caros en el mercado, hablar de educación, salud y, sobre todo, dar voz a las mujeres de su ciudad, de su país. «Antes sólo hablaban hombres en la radio y las mujeres siempre acabábamos estando detrás. Y ahora podemos demostrar nuestras capacidades, todo lo que podemos hacer. Para nosotras esto significa mucho. Nos da fuerza», dice en conversación con este periódico vía internet.
Para Aminate, la radio que dirige supone un ejemplo para todas las mujeres de Guinea Bissau, de su valía y de su capacidad. El último Índice de Desarrollo Humano de la ONU, el de 2019 (), que sitúa a este país en el puesto 178, entre los 12 más bajos del mundo, tiene como uno de sus principales indicadores la desigualdad de género. Y los autores del informe señalan al respecto: «Las disparidades de género figuran entre las formas de desigualdad más arraigadas en todo el planeta. Dado que estas desventajas afectan a la mitad de la población mundial, la desigualdad de género es uno de los mayores obstáculos a los que se enfrenta el desarrollo humano».
La aparición de una radio hecha sólo por mujeres ha incrementado notablemente la difusión y denuncia de temas como la mutilación genital femenina que aún está muy extendida en Guinea Bissau y del que las otras emisoras del país apenas hablaban. «Es un tema que muchos en nuestra sociedad siguen considerando tabú, un secreto, pero en nuestra radio sí que hablamos de ello, porque afecta a la salud de las niñas, a las mujeres que van a dar a luz. Tiene muchas consecuencias, y aunque es una práctica que está disminuyendo por la lucha de mucha gente, hay que seguir informando», subraya la directora de Radio Mujer.
Mariama Balde, periodista que puede informar de temas de juventud, retransmitir un partido de fútbol o hablar de cualquier tema de la actualidad, a la que siendo muy joven su familia pretendió obligarle a casarse con un primo mucho mayor que ella, tiene ahora muy claro que Radio Mujer ha supuesto una pequeña revolución en la región de Bafatá. Una revolución, sobre todo, dice, en el campo de la sensibilización acerca de la igualdad y el empoderamiento de las mujeres, de cuyos problemas y necesidades antes no se hablaba nada en los medios de comunicación locales.
«La desigualdad entre hombres y mujeres en Guinea Bissau es muy preocupante –señala Balde–, porque a veces las mujeres sentimos miedo o complejo para enfrentarnos a los hombres al pensar que no somos capaces de hacer lo mismo o mejor que ellos, y nos quedamos en un mundo de timidez, arrinconadas. Y otro problema es que en este país los mejores puestos, las jefaturas de la mayor parte de las instituciones públicas o privadas están ocupadas por hombres y nosotras siempre estamos detrás».
De ese duro impacto originado por cifras que sitúan la esperanza de vida de Guinea Bissau en los 53 años, 30 menos que en España, que fijan la renta per cápita en una cuantía 50 veces inferior a la nuestra, de todo eso surgió la creación de Periodistas Solidarios, la organización que dejó a un lado por un momento las noticias para promover primero la construcción de un centro de salud, dos escuelas, una granja avícola y otros servicios básicos que han convertido la aldea de Candemba-Uri en la «envidia del país», y después para poner en marcha Radio Mulher de Bafatá.
El objetivo de esta emisora era dar voz a quienes no la tenían en una sociedad patriarcal, de mayoría musulmana, donde la Constitución reconoce la igualdad entre hombres y mujeres pero el Código Civil, según subraya un informe de la Comisión de Ayuda al Refugiado, establece claras diferencias discriminatorias entre uno y otro sexo, donde persiste un alto índice de práctica de la mutilación genital femenina y la carga del trabajo dentro y fuera del hogar recae en gran medida sobre las mujeres que deben encargarse del cuidado de la familia y de llevar dinero a casa para sostenerla. Cuando le presentaron el proyecto a más de una quincena de asociaciones de Bafatá, las mujeres empezaron a dar saltos de alegría. Y rápidamente crearon una coordinadora para poner en marcha la radio en un viejo edificio cedido por el gobernador de la región.
Más de treinta mujeres se presentaron a las pruebas para trabajar en la radio, recuerda Bejarano. Ninguna tenía experiencia en el medio ni en nada relacionado con el periodismo; todas eran jóvenes que habían terminado sus estudios de enseñanza secundaria y que no habían accedido a la universidad porque el techo de cristal está tan bajo en Guinea Bissau que las mujeres apenas entran en las facultades. Después del instituto, la gran mayoría se casa, tiene hijos y centra todos sus esfuerzos en la supervivencia de la familia. Tras las pruebas, fueron seleccionadas cinco, a las que se dio formación en periodismo y realización de radio y se les proporcionó equipos cedidos por RNE y Canal Sur. Luego, la ONU se sumó al proyecto y pagó sus salarios. Y en enero de 2018 empezaron a emitir.
Cambios en las emisoras de la competencia
Pero la irrupción de Radio Mujer ya ha producido algunos cambios. La competencia ya se ha movido. La emisora más importante de Bafatá, RCB, muy vinculada a la religión musulmana, ya contrató el año pasado a tres mujeres para incluir también voces femeninas en su programación, antes masculinas todas. «Radio Mulher de Bafatá se ha convertido en un referente en todo el país, incluso en toda África, donde según la ONU sólo hay tres o cuatro emisoras de este tipo», asegura Bejarano. La plantilla se ha duplicado, de cinco a diez trabajadoras, y Naciones Unidas pretende que la emisora sea también una productora de programas de género para todas las radios comunitarias de Guinea Bissau. Y más. Hasta se plantean crear una escuela de periodistas.
Radio Mujer emite diariamente, con varios boletines horarios, y en España se puede escuchar a través de este enlace entre las 20 y las 22 horas, pero su programación se amplía en días especiales como el de la Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina que se celebra cada 6 de febrero o el de las Mujeres del 8 de marzo. Aunque todo eso depende también de la luz, porque en Bafatá, como en la mayoría de Guinea Bissau, el suministro eléctrico público es casi un lujo y sólo cubre algunas horas de la noche. El resto, hay que procurárselo a través de paneles solares y generadores alimentados con gasolina. Si el sol no luce, si el combustible falta, la conexión radiofónica puede verse truncada. Nada es fácil en ese rincón de África, como en tantas partes del continente más castigado por la pobreza y la desigualdad.
Rugui Balde, otra de las profesionales de esta radio, especializada en temas de infancia y educación, asegura que su familia está muy contenta con su trabajo y la labor que lleva a cabo. Rugui, cada vez que se pone ante el micrófono, es muy consciente de las grandes dificultades que afrontan las mujeres de su país desde que se levantan muy temprano para ir a buscar el agua para la cocina y el aseo, para a continuación ir al mercado a vender los productos del campo con cuyos escasos ingresos se mantiene toda la familia. «Las mujeres aquí son las que más se esfuerzan. Todo el día están trabajando, con los niños, con la casa, y los hombres son los que tienen más derechos«, se lamenta esta joven periodista, que ahora puede transmitir toda esa injusticia a la audiencia cada vez mayor de Radio Mulher de Bafatá, un proyecto que desde España ayudan a sostener la Diputación Provincial de Sevilla y la Mancomunidad de Municipios de Écija.
La directora de la emisora, que reconoce que al principio sentía mucha vergüenza al ponerse delante del micrófono, avisa que los cambios seguirán: «Un día las mujeres gobernaremos este país», anuncia.